Un lastre camino de salir muy caro
La inconsistencia lejos de Nervión, donde no gana desde septiembre, el pecado que puede dejar al Sevilla fuera de Europa. De 38 puntos, sólo ha sumado 7.
La escasa personalidad que los jugadores del Sevilla exhiben fuera de casa va camino de hacer que el equipo de Emery no consiga su objetivo de entrar en Europa salvo una reacción casi milagrosa. Los nervionenses, con una racha triunfal en el Ramón Sánchez-Pizjuán que se acerca a los números de la mejor temporada de Juande Ramos, no ganan un partido fuera de casa desde el pasado 24 de septiembre, lunes, y ahora, seis meses después, se ven en la obligación de ganar al menos tres encuentros de los cinco que aún deben jugar a domicilio dependiendo también de si mantienen de aquí al final de temporada la solvencia que han dibujado al calor de su público en los últimos dos meses.
Y el aficionado de a pie se pregunta que, si no ha ganado un solo encuentro como visitante en seis meses, ¿cómo va a ganar tres o cuatro seguidos en las jornadas que quedan? El Sevilla, aún a cinco puntos de la primera plaza que da derecho a Europa, que en este caso es la séptima, se ve en la necesidad de recortar distancias jornada a jornada sin margen alguno para el error, una empresa para la que choca con una realidad palpable: su tremenda vulnerabilidad fuera de casa.
De los 38 puntos que acumula en su casillero a falta de diez jornadas para el final, el Sevilla ha sumado 31 de ellos en el Sánchez-Pizjuán y sólo 7 en sus visitas. La victoria en Riazor ante el Deportivo (0-2) en el mes de septiembre -la única hasta el momento- y cuatro empates en Granada (1-1), Vallecas (0-0), en Cornellà (2-2) y en Getafe (1-1) se contabilizan como el escaso bagaje sevillista como visitante, convirtiéndolo además en el tercer equipo de la Liga que menos puntos ha sumado en sus salidas (por contra, es el cuarto mejor como local) por detrás de los dos últimos clasificados, Celta (4 puntos) y Deportivo (5).
Y si los responsables en el área técnica llevan meses tratando de encontrar la explicación y las soluciones a este radical cambio de imagen, a este paso de doctor Jekyll a míster Hyde de una semana a otra, lo cierto es que ya no queda tiempo para analizar, detectar y poner en vías de solución errores del pasado. El Sevilla, sencilla y llanamente, tiene que cambiar sin poder entretenerse en más detalles. Ya hace tiempo que los profesionales del vestuario y el cuerpo técnico tienen presente que el equipo tiene que ir pasando finales como si fuesen eliminatorias y así, hasta ver si puede llegar al objetivo.
En el trasfondo de todo esto -errores de planificación aparte- se detecta cierta falta de oficio y de personalidad en jugadores que ocupan la columna vertebral del equipo. Con algún puesto de vital importancia ahora mismo sin dueño como el de central zurdo y jugadores con poca experiencia en el centro del campo, al final la excesiva juventud le está pasando factura al cuadro sevillista. Los equipos jóvenes siempre se caracterizaron por su gran irregularidad y el Sevilla es un equipo con jugadores muy jóvenes en puestos clave, en la columna vertebral. De hecho, Fazio, un líder ahora mismo asentado por fin en el equipo después de muchos años de críticas, cumplía el día del partido ante el Zaragoza 26 años; Medel tiene 24; Kondogbia, 20; y Rakitic acaba de cumplir 25.
Es una de las muchas razones que podrían explicar un lastre que va camino de costarle al club un buen pico en el tema económico.
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