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La juventud, característica de los primeros fichajes

Nahuel se convierte oficialmente en el tercer refuerzo bético. "Desborde y velocidad", las dos características que cree que puede aportar.

La juventud, característica de los primeros fichajes
Víctor Navarro

16 de junio 2016 - 12:16

La planificación del Betis, al menos en lo referido a las entradas, parece mantener el rumbo marcado. Una vez confirmada la llegada de Nahuel, quien aterrizó este jueves en la capital andaluza para formalizar su compromiso con el club verdiblanco, son tres las contrataciones realizadas de cara a la próxima temporada. El hispano-argentino se une así a Riza Durmisi y a Jonas Martin como, hasta el momento, los primeros refuerzos del plantel que manejará Gustavo Poyet de cara a la próxima temporada. Unos refuerzos que reflejan una característica común: la juventud.

Mientras que Nahuel, el recién llegado, aún no supera la veintena (cumplirá los 20 el próximo mes de noviembre), el lateral danés tiene 22 años y el medio campista francés, 26. Futbolistas jóvenes, con hambre, y ganas de dar un paso adelante en sus carreras deportivas.

Y es que rejuvenecer la plantilla es uno de los objetivos de Miguel Torrecilla, tal y como se ha demostrado no sólo con los jugadores que han llegado, sino también con los nombres que suenan para reforzar el plantel. Es el caso de Medrán, futbolista del Real Madrid que la pasada temporada jugó en el Getafe como cedido, y que tiene 22 años; José Naranjo, delantero del Nàstic, que tiene un año menos que el centrocampista cordobés, o Charly Musonda, quien cumplirá la veintena el próximo mes de octubre, y en cuyo regreso se trabaja a marchas forzadas en la dirección deportiva. Será ésta, si nada se tuerce, la cuarta operación cerrada del Betis de cara a la próxima campaña, toda vez que el Chelsea y el club helipolitano continúan acercando posturas de cara a la vuelta del belga al primer plantel.

La apuesta de la dirección deportiva bética, por tanto, está clara. Jugadores jóvenes, con un futuro, cuanto menos, prometedor y que aterricen con hambre y ganas de progresar. De ahí se entiende que, con la premisa de que los futbolistas que interesan lleguen a explotar, en la planta noble del Benito Villamarín se trabaje en la posibilidad de contar con futbolistas que lleguen a Heliópolis cedidos y, en casi todas las ocasiones, con opciones de compra asequibles para el club.

Es el caso de Nahuel, con quien los béticos se guardan dos posibles opciones de compra al Villarreal, club dueño de los derechos federativos del extremo de Rosario, o como ocurriría en caso de que, finalmente, Medrán llegara a vestir la elástica verdiblanca.

Una idea de planificación que, a priori, dista de lo puesto en liza la pasada temporada, con Eduardo Maciá como cabeza visible de la dirección deportiva. Con el valenciano, el primer fichaje que se realizó fue Rafael Van der Vaart, un jugador que venía de vuelta del Hamburgo alemán, que rozó el descenso, y cuyo rendimiento ha dejado mucho que desear.

Esta nefasta operación con el mediapunta holandés es una de las muchas que Maciá ha dejado como herencia en el club bético, no sólo por la alta ficha de un jugador que no aporta absolutamente nada al plantel, sino que tampoco pone facilidades para encontrar una salida que se antoja fundamental para ambas partes.

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