Pável Podkolzin: el gigante de la NBA que se convierte ahora en el futbolista más alto de las historia
Con 2,26 de altura el ex jugador de los Dallas Maverick ha debutado a los 40 años en la Copa de Rusia con el Amkal de Moscú
La trágica muerte del hombre más alto del mundo, Robert Pershing Wadlow
En el mundo del deporte existen historias que parecen escritas para sorprender. La de Pável Podkolzin, el pívot ruso de 2,26 metros, es una de ellas. Durante años fue recordado como aquel joven gigante que dio el salto a la NBA a mediados de los 2000, un coloso que apenas tuvo tiempo de dejar huella en la mejor liga del mundo. Hoy, a los 40 años, su nombre vuelve a los titulares, pero en un escenario completamente inesperado: los campos de fútbol rusos.
Del parquet americano al césped ruso
Nacido en Novosibirsk en 1985, Podkolzin fue señalado como uno de los proyectos más prometedores del baloncesto europeo. Su altura descomunal, combinada con una sorprendente agilidad para su tamaño, lo llevaron a ser elegido en el puesto 21 del Draft de 2004 por los Utah Jazz, que lo traspasaron de inmediato a los Dallas Mavericks. Allí compartió vestuario con Dirk Nowitzki y otros referentes de la época, pero su paso por la NBA resultó fugaz: apenas seis partidos en dos temporadas, sin el impacto que se esperaba de él.
El gigante regresó a Rusia, donde encontró continuidad en clubes de su país hasta su retirada oficial en 2019. Durante años, Podkolzin pareció desaparecer del radar mediático, como tantos otros jugadores que no lograron cumplir las expectativas generadas en torno a su talento.
Una nueva vida: delantero centro
Lo que nadie podía imaginar es que, años después, Podkolzin reaparecería en un terreno de juego, pero no bajo los aros, sino en el área rival de un campo de fútbol. Este mes de agosto debutó como delantero centro del FC Amkal de Moscú, un club mediático formado por creadores de contenido que participa en la Copa de Rusia. Su sola presencia ya rompe todos los moldes: con sus 2,26 metros, se ha convertido automáticamente en el futbolista más alto en saltar a la competición.
En su estreno, el Amkal se impuso por 1-0 al FC Kaluga, un triunfo histórico para un equipo que vive más de la expectación digital que de la tradición futbolística. El gol lo anotó David Papikyan, pero todas las miradas estaban puestas en Podkolzin. Su figura, ocupando el área rival como un torreón inexpugnable, generaba un contraste casi cinematográfico. El próximo reto será frente al Salyut-Belgorod, donde volverá a atraer focos y cámaras.
“Estoy agradecido por esta oportunidad”
Lejos de la presión que le acompañó en su paso por la NBA, Podkolzin se muestra ahora sereno y agradecido. Tras el debut, confesó a los medios rusos: “Es una gran oportunidad estar en este deporte. Estoy jugando la Copa de Rusia y, sinceramente, no sé qué decir. Estoy agradecido por ello”.
El baloncesto le dio fama, pero también le dejó la carga de un destino incumplido. El fútbol, en cambio, se presenta como una segunda vida deportiva: sin la exigencia del estrellato, con la frescura de un reto nuevo y la magia de ver a un hombre de 2,26 metros luchar por un balón en un área pequeña.
El último giro de un gigante
Podkolzin encarna la rareza y la belleza de los caminos insospechados del deporte. Un jugador que parecía condenado a vivir en la memoria como una promesa fallida de la NBA, y que ahora, en su madurez, ha encontrado en el fútbol un espacio para volver a sentirse protagonista.
No importa cuánto dure la aventura ni hasta dónde llegue con el Amkal. Lo cierto es que su imagen ya ha quedado grabada: la del gigante que cambió el parqué por el césped, la NBA por la Copa de Rusia, y que, al hacerlo, volvió a recordar que el deporte siempre guarda espacio para las historias imposibles.
También te puede interesar
Lo último