El judo español no levanta cabeza

Llanto, tristeza y decepción envolvieron ayer al equipo español de judo, que llegó a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con el objetivo de conquistar medallas pero ha visto esfumarse ya casi todas sus posibilidades.

"Esperábamos conseguir una medalla por lo menos y quizás dos diplomas. Teníamos mucha ilusión. Aún nos queda Cecilia (Blanco). A ver si ella nos saca un poquito de donde nos hemos metido", dijo Kiyoshi Uematsu, que fue eliminado a la primera por el ruso Mansur Isaev, que luego se llevaría el oro, en la categoría de 73 kilos.

Un rato antes, en su debut olímpico, Concepción Bellorín perdió en el primer combate en la categoría 57 kilos ante la húngara Hedvig Karakas por un ippon a 12 segundos del final.

"Se me ha escapado. Ya sabemos que en el judo hay que estar atento cada segundo. Esta vez he fallado", se lamentó la número 28 del ranking con los ojos llorosos.

Ahora, para conseguir al menos una de las medallas a las que aspiraba, al equipo español le queda la esperanza de Cecilia Blanco, que competirá mañana ante la ucraniana Nataliya Smal. En los primeros tres días fueron eliminados Oiana Blanco, Ana Carrascosa y Sugoi Uriarte, que ayer aún caminaba con decepción por las inmediaciones del estadio. "Habrá que levantarse", comentó aún con marcas en su rostro tras arañar el pasado domingo el podio y lamentarse entre lágrimas por no poder "regalarle" la medalla de bronce a su madre, que falleció el año pasado.

El desconsuelo también invadió a Carrascosa, que el domingo partió como cabeza de serie y perdió inesperadamente ante la luxemburguesa Marie Muller en dos minutos. En Pekín 2008 tuvo que abandonar cuando se le salió el hombro durante el combate por el bronce. Londres era su revancha.

"Es uno de los peores días de mi vida", murmuró Carrascosa antes de que el llanto le impidiera seguir hablando. Eludió a la prensa y buscó consuelo en su familia, que la esperaba en el vestuario. Detrás de ella, su entrenadora, Yolanda Soler, pidió comprensión: "Tenéis que perdonarla, pero está fatal. Venía con toda la ilusión después de lo de Pekín".

En Sidney 2000 el judo aportó por última vez una medalla a España, cuando Isabel Fernández ganó el oro en la categoría 57 kilos, dando continuidad a una cosecha de podios que comenzó en Barcelona 1992, cuando Miriam Blasco y Almudena Muñoz lograron el oro.

En Atlanta 1996, Ernesto Pérez Lobo ganó una plata, y Fernández y Soler la bronce.

"Llevamos dos Juegos Olímpicos en los que hemos rozado la medalla y ahora creo que a la tercera irá la definitiva. Todos tienen opciones. Nos la merecemos", había dicho el presidente de la Federación Española de Judo, Carlos Barcos, antes de Londres 2012.

Con tres Juegos Olímpicos dentro del tatami, Uematsu no encuentra demasiadas explicaciones a la sequía del judo español: "Veníamos más preparados, con mucha más madurez. El planteamiento de los combates ha sido más serio. Cuando éramos más jóvenes hemos venido más alocados. Pero vamos, de ninguna de las formas nos ha funcionado, así que no sabemos cuál es el método".

El judoca de 34 años aseguró que "no se pude puede hablar de fallos" en unos Juegos Olímpicos: "Todo el mundo ha hecho todo lo posible. No podemos criticar nada, todo estuvo bien. Los combates son así, a veces hay mala suerte. No hay que mirar ninguna cosa extraña. Simplemente hoy no ha sido".