La joya está en el banquillo

El colista del grupo del Sevilla en la Liga Europa es la primera fuerza en Portugal después de los tres grandes clásicos de siempre, Benfica, Oporto y Sporting. El nivel futbolístico del Estoril podría dar una pista de la baja competitividad de la liga lusa y la mayoría -salvo honrosas excepciones- de los jugadores que pueden salir de aquella Liga. El cuadro del jovencísimo Marco Silva ocupa la cuarta plaza tras los tres colosos con pocos mimbres en su plantilla, un plantel sin figuras y sustentado en el orden táctico que propugna su técnico y la solidaridad del grupo.

Porque se podría decir que Marco Silva es la figura de este Estoril. Portugal es una nación que, al rebufo de Mourinho, ha puesto de moda cierto perfil de técnico joven, cualificado y ambicioso. Andre Villas-Boas, Domingos Paciencia... Con sólo 36 años, su nombre se ha convertido en el candidato número uno para dar el salto muy pronto a uno de los grandes. En su primera experiencia en los banquillos en el Estoril, al que accedió en 2011 tras dejar su puesto en la plantilla como lateral izquierdo, logró la primera clasificación europea de la historia de un club no modesto, sino modestísimo.

Sus equipos (o su equipo, porque sólo ha entrenado al Estoril) son intuitivos, con ataques basados en la velocidad y el apoyo en interiores y con interesantes mecanismos de basculación. Choca con lo limitado de la plantilla, también bastante inexperta e inocente, pero es un equipo capaz de poner en aprieto a cualquier rival, como demostró ante el Sevilla en la segunda mitad del duelo de ida.

SIN BALÓN

No es que tenga jugadores específicos en el centro del campo para el robo del balón. De hecho, al Estoril le cuesta recuperar la posesión y cuando lo hace en parte es gracias a la movilidad de sus cuatro hombres de arriba. No tienen un delantero estático e incluso cualquiera de los hombres de la mediapunta puede aparecer como primer atacante. Carlitos, desde la derecha, Joao Pedro desde la izquierda, Balboa... Además, los extremos suelen cambiar de banda en un mismo partido y esa misma movilidad a veces da fruto con robos cerca de la portería.

Atrás, la defensa la sustenta el francés Tavares, uno de los pocos jugadores con oficio. Deja hueco tras los laterales, que suelen subir.

CON BALÓN

Hay buen gusto, pero, sobre todo, movilidad. Las subidas de los laterales, si el Estoril se siente a gusto en el partido, pueden hacer daño. Anderson Luiz, aunque no ha jugado todos los partidos, entra con bastante asiduidad por la derecha y busca las diagonales en apoyos con Carlitos. Mano suele ser más defensivo. En la izquierda, Babanco se prodiga menos, pero tiene un guante en la zurda. Evandro y Diogo Amado tienen criterio por dentro y Carlitos es muy incisivo en ambas bandas, pero sobre todo en la derecha. También Seba, Gerso, Balboa... Arriba, el hombre gol es Luis Leal, un ariete con limitada técnica pero con movilidad y buen físico en potencia y resistencia.

LO MEJOR

Es un equipo con ambición que no se suele dar por vencido aunque vaya por detrás en el marcador. Su mejor arma es la movilidad de los hombres de arriba y que consigue crear ocasiones al ir a los ataques con bastantes efectivos.

LO PEOR

Defensivamente, no es un equipo que se proteja por fuerza. Al revés, es vulnerable porque ataca con fluidez y sin meterse atrás, quizá sin conciencia de sus limitaciones.