Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
El nuevo Betis de Primera echó a andar ayer, bajo un intenso sol, a pesar de lo temprano que Pepe Mel llamó a filas a los suyos para empezar a desentumecer unos músculos algo oxidados por las vacaciones que se han acabado. No estuvieron todos los que son en la primera jornada de entrenamientos (en doble sesión de mañana y tarde) programada por el técnico madrileño, pero son muchos: 33 en total.
Recapitulando, a los que continúan de la campaña anterior hay que sumar las cinco caras nuevas (Mario, Chica, Fabricio, Matilla y Jefferson Montero) y a seis jóvenes de la cantera: los laterales Manu Palancar y Álex Martínez, los extremos Sergio Rodríguez y Álvaro Vadillo, el centrocampista Damián y el portero Adrián. A éstos, además, hay que sumar a Ezequiel, concentrado con la selección sub 20. Demasiados, sobre todo teniendo en cuenta que Mel ya le ha dicho al director deportivo, Vlada Stosic, que es necesario aligerar el plantel para poder incorporar, como poco, a dos centrales más, ya que ahora mismo apenas cuenta con Dorado y el recién llegado Mario. En este sentido, dos nombres están sobre la mesa, los de los defensas Chico y Antonio Amaya, una petición expresa del entrenador que podría salir del Wigan, con el que le resta un año de contrato, con destino a la capital hispalense. Roberto Martínez no cuenta con él, de forma que es el preparador español quien tiene la llave para que la entidad heliopolitana pueda cerrar una nueva incorporación próximamente.
Con todo, desde el primer momento Mel ha avisado a sus futbolistas de que, a priori, todos cuentas con las misma opciones y que no marginará a nadie, en referencia a los que se les busca una salida por su alta ficha y porque no cuentan en un principio en sus planes como Fernando Vega, Goitia y Arzu, así como los que llegan de sus cesiones como Juande -que se ausentó con permiso del club-, Rodri y Toni, pero el entrenador quiere que para la segunda parte de la pretemporada la plantilla haya soltado lastre para trabajar con los que entran en sus planes. Tampoco se ejercitó ayer junto al resto de sus compañeros Nelson, que la pasada temporada jugó con Osasuna, convaleciente aún de su lesión en el tobillo, aunque sí que se pasó por la ciudad deportiva para visitar a sus compañeros y charlar con el preparador heliopolitano.
La primera paliza física de la temporada (estiramientos, carrera continua...) no estuvo exenta, sin embargo, del contacto con el balón, con un Pepe Mel muy atento a las evoluciones de sus jugadores. En especial con Emana, con el que habló durante unos minutos para pedirle la máxima implicación el tiempo que esté en el Betis, tanto si continúa en la entidad como si no. No en vano, después de su fallido fichaje por el Dnipro ucraniano de Juande Ramos, el camerunés sigue a la espera de que llegue alguna oferta por él. El Betis necesita venderlo para hacer caja y efectuar así las contrataciones que le restan para completar su plantilla, pero mientas siga en la disciplina bética Mel le exigirá el máximo compromiso.
Después de que el técnico madrileño le prometiese que no pondría trabas a su salida al final de la temporada, los problemas económicos del fútbol mundial no facilitan nada las cosas. Tampoco la situación del club verdiblanco, que, en caso de que Emana siguiese, no podría afrontar su ficha y tendría que rebajar la misma casi a la mitad, algo que, lógicamente, podría afectar el rendimiento del atacante africano.
Con este panorama echó a andar el nuevo Betis de Primera División, un Betis por hacer en el que muchas caras cambiarán antes de iniciar la Liga ante el eterno rival. Antes, sin embargo, hay mucho trabajo por hacer en los despachos y sobre la hierba para recuperar el tono físico.
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