La inercia como acicate
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El Sevilla retoma su carrera por recuperar el tiempo perdido en la Liga con el regusto de su reciente alegría en Europa Solventar con victoria la visita del Sporting es un reto obligado
Está visto que no es fácil. Con el modelo de negocio o gestión de los activos deportivos que ha adoptado tan exitosamente en los últimos años el Sevilla, hay temporadas en las que está comprobado que hay que tener más paciencia que en otras. Después de una semana en la que las emociones se han disparado con la heroica victoria del pasado marte sobre -no lo olvidemos- el vigente subcampeón de la Champions League, el sevillismo anda con otra ilusión en la cabeza.
Si parecía languidecer mientras los suyos competían como podían en el grupo con diferencia más fuerte de la máxima competición continental, el salto a la Europa League, de golpe y porrazo, ha devuelto la alegría a la infantería nervionense. Eso sí, muy dada a hacer cuentas, ya una buena parte se ve ganando la final de Basilea por el mero hecho de haber conquistado los dos títulos anteriores. Como si eso lo eximiera de tener que jugar los partidos y ganarlos. Eso no es así porque todas las ediciones de cada competición no son iguales. Y lo ha comprobado -o lo está comprobando- el Sevilla en la Liga. El equipo de Unai Emery, con trabajito, está acercándose a donde quiere estar. Hablábamos de ese modelo de negocio exitoso que en la Junta de Accionistas quedó reforzado por boca de los que manejan las cuentas como la única fórmula viable para mantener una plantilla de este nivel y está claro que tiene unos peajes por los que hay que pasar. La continua adquisición, revalorización y venta de jugadores (previa mágica selección por parte de Monchi) requiere un continuo proceso de cambio, con muchos futbolistas nuevos en cada temporada, que al final retrasa de alguna manera el funcionamiento ideal como colectivo. Hay años en los que cuesta más y otros en los que cuesta menos y si encima se añaden otros componentes como una plaga de lesiones, resulta que la cosa no es tan fácil como se piensa desde fuera. El ejemplo también lo tiene el sevillismo en el caso del Valencia, quien pudiera decirse que es el rival más directo, y que ya ha tenido que pasar por el trance de cambiar de entrenador.
El Sevilla, para regocijo o tranquilidad -según cada umbral de exigencia- de sus aficionados, está alcanzando poco a poco el punto deseado. Si la temporada pasada, con fichajes que se enchufaron pronto, como Aleix Vidal o Krychowiak, tardó poco en arrancar, en la presente puede haber ocurrido como hace dos campañas, en la que llegó a tocar fondo como colista. Emery aún reconoce que faltan cosas como ganar fuera de casa, pero el ritmo de la marcha, afortunadamente, va en aumento.
No obstante, debe seguir demostrando que el periodo de dudas va quedando atrás. Aún llegarán tropiezos, pero la idea es que sean a partir de ahora los menos posibles. Así que la visita del Sporting, cuando la diferencia que separa al Sevilla de la cuarta plaza es de seis puntos, debe llevar implícita la suma de otro triunfo por cuanto es en el Sánchez-Pizjuán donde el equipo del técnico guipuzcoano ha mostrado toda su fortaleza. No será fácil porque ningún rival lo es en esta Liga, pero será necesario, absolutamente necesario.
Y lo será también, aunque los profesionales no deseen nunca mirar más allá del partido más inmediato, porque en esta ciudad se da muchísima trascendencia a cuando se enfrentan entre sí sus dos clubes y eso ocurrirá en la siguiente jornada. Para Emery y su tropa eso está muy lejos, porque antes están el duelo de hoy y la vuelta de la primera ronda copera con el paso del Logroñés por Nervión, si bien el 0-3 en Las Gaunas sirvió, entre otras cosas, para aliviar la concienzuda preparación de la visita a Heliópolis. Después del esfuerzo ante la Juventus -que no fue chico-, Emery tiene margen para gestionar mejor los esfuerzos. En la cabeza de muchos están las cuatro tarjetas que acumula Krychowiak, lo que haría que si viera hoy una no podría jugar el derbi, pero el entrenador, aunque deba tenerlo presente, debe regir sus decisiones más por otras circunstancias que por ésa. El polaco es un jugador insustituible que necesitará descansar puntualmente, pero tampoco hay que olvidar su fortaleza y que ya lo hizo en el partido de Logroño y lo repetirá seguramente en la vuelta.
Más preocupación despiertan en Emery los problemas que pueda plantear esta noche el Sporting, un equipo con un buen nivel defensivo que tiene en Halilovic a un jugador imprevisible capaz de romper las líneas conduciendo con velocidad o con un pase al hueco. La situación requiere concentración, jugar con intensidad y estar acertado. Y ahí un jugador ha dado el paso al frente. Hoy, para someter al rival debe ser de nuevo el día de Llorente, uno de los últimos héroes junto a Sergio Rico de un equipo que parece despertar cuando huele la Europa League.
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