Lo individual sobre lo colectivo

leganés - sevilla · informe técnico

Tres destellos de calidad hacen vencedor a un Sevilla que se descompuso pese a ir 0-2 por las carencias intrínsecas de su sistema defensivo, empeorado con el ingreso de Mercado.

Foto: EFE
Foto: EFE
Eduardo Florido

16 de octubre 2016 - 05:02

El factor individual no debe obviarse en un deporte colectivo como el fútbol. En Leganés, por ejemplo, lo individual, groseros errores defensivos sobre todo en el 2-2, estuvo a punto de echar por tierra el trabajo colectivo del Sevilla. Pero, finalmente, un destello individual, el golazo de Sarabia, lo hizo vencedor después de haberse adelantado con otras dos pinceladas de calidad: el robo de Nasri y la ejecución grupal del 0-1, y el demarraje enorme de Escudero en el 0-2 que supieron aprovechar Vietto y Nasri. El Sevilla de Sampaoli ganó por la apuesta clara por la calidad del argentino. Pero su idea de posesión -desde un punto de vista participativo del colectivo- como premisa innegociable hizo aguas. Y a punto estuvo de costarle el partido.

El Sevilla se puso por delante a contra estilo. O mejor, recuperando el estilo primigenio de Sampaoli: robo adelantado y ataque rápido. Hasta el minuto 25, en el que Nasri ganó un balón dividido a Rubén Pérez y posibilitó el 0-1, el Sevilla había intentado jugar la pelota desde atrás, sin éxito. La presión del Leganés, intensa y aguerrida, minó la continuidad del juego y las pérdidas con el equipo saliendo provocaron continuas y peligrosas contras. Es decir, ese fútbol de posesión para defender o mandar con el balón, marca de Lillo, fue pernicioso. Y marcó el 0-2 a la contra... Cuando el Leganés se fue arriba tras el descanso con frenesí hizo aguas el sistema defensivo, más basado en el acierto individual que en la adecuada estructuración de un equipo pensado para atacar, no para defender. Pero lo que provocó el empate fue el baile de piezas tras el ingreso de Mercado, justo cuando el Sevilla estaba madurando al belicoso Leganés.

Defensa

El bajo estado de forma o la nula confianza de Sampaoli en Kolodziejczak lo invitaron a apostar por Iborra en lugar del cansado Mercado. Y el sistema defensivo sufrió por la rapidez de los ataques de un Leganés que evitaba las marcas fijas. Cuando, tras el descanso, el Leganés tocó zafarrancho y obligó a un repliegue generalizado el Sevilla tuvo que fajarse, y cuando mejor estaba agárrandose al campo, el ingreso de Mercado -ay, eso de tocar la defensa- provocó un pernicioso baile de piezas. En dos minutos, con el argentino frío en un partido vivo, llegaron los goles del empate. En el 1-2 nadie despejó un balón lateral y Timor no tuvo oposición en la corona del área; y en el 2-2, un libre indirecto por fuera de juego en campo contrario cogió las espaldas a una zaga mal colocada y despistada.

Ataque

Apenas uno o dos ataques dignos de llamarse así construyó el Sevilla bajo el ideario de tocar y tocar hasta encontrar el resquicio. Con poca llegada, el Sevilla hizo tres goles de calidad, porque la tiene y porque Sampaoli la pone en el campo. La permuta de posiciones fue clave en el 0-1 (Mariano-Vietto) y en el 2-3 (Vietto-Sarabia). El 0-2 fue producto de una arrancada impresionante de Escudero, que por fin logró romper la línea de presión del Leganés. Vietto y Nasri maniobraron bien en otra permuta de posiciones.

Virtudes

Calidad y determinación.

Talón de Aquiles

Incapaz de controlar con balón.

Uno por uno

Sergio Rico Un par de buenas intervenciones; se desubicó en la salida lateral del 2-2.

Mariano De menos a más, subió menos, pero fue clave en el 0-1. Mejoró en defensa.

Pareja Pérdidas en la salida del balón. Retratado en el 2-2... por ir al flanco de Mercado.

Iborra Sampaoli lo adelantó cuando se estaba haciendo al partido como central.

Escudero Atacaron mucho su flanco, pero supo rehacerse y fue clave su arrancada del 0-2.

N'Zonzi Le cuesta readaptarse y sufrió cuando Sampaoli lo puso más arriba.

Nasri Se diluyó conforme fue adelantando su posición, pero fue determinante en dos goles.

Vitolo Hasta cuando no está fino da la cara. Su resistencia y su fe contagiaron al equipo.

Franco Vázquez Debe medir su pulsión visceral: pudo ser expulsado. Influye mucho, para bien, para muy bien o para mal.

Ben Yedder Poco contacto con el balón. Trabajo sordo.

Vietto Su movilidad, pese a algunas pérdidas, fue decisiva.

Mercado Frío y descolocado.

Sarabia Movilidad en la mediapunta, y un golazo de oro con la derecha, su pierna mala.

Ganso Poco tiempo, pero con la pausa que pedía el partido.

stats