Entre un imposible y un viejo sueño

El Sevilla comienza ya a construir su proyecto de cara a la próxima temporada y lo hace a sabiendas de la dificultad añadida de no poseer el pasaporte europeo como atracción para algunos futbolistas que están en el escaparate de demasiados equipos.

La búsqueda de un medio centro se ha convertido en una de las grandes prioridades, aunque el club no quiere pisar sobre mojado tras anteriores decisiones que no mejoraron dicha posición. En este sentido, la dirección deportiva del club ha seguido de cerca la evolución de algunos futbolistas de la Ligue 1 francesa. Etienne Capoue, del Toulouse, es una de las pretensiones convertidas en tarea casi imposible por su inmenso crecimiento en el último año. El medio centro defensivo del Toulouse sería una pieza idónea de cara cubrir las necesidades del equipo, ya que también puede actuar como central y tiene una capacidad técnica innata para la adaptación a varias posiciones y diversos sistemas tácticos.

El problema es otro. El jugador francés, que de momento tiene cerradas las puertas de la selección gala por la presencia de M'Vila, ya está siendo seguido por equipos como Barcelona, Roma, Arsenal, Inter y París Saint-Germain, al tiempo que su cotización se ha disparado en torno a los 12 millones de euros. Como dificultad añadida, el jugador pretende jugar competición europea si dice adiós al Toulouse, con el que tiene sin embargo contrato hasta el año 2015.

Pero el Sevilla podría haber fijado su objetivo en otro jugador del Toulouse, Moussa Sissoko, viejo sueño del club sevillista hace dos temporadas, cuando amenazaba con convertirse en un medio ofensivo brillante. El conjunto galo ha dado permiso a Capoue y a Sissoko para encontrar una salida que sea conveniente para ambas partes, dentro de su política de incentivar la cantera y la necesidad de cubrir las carencias económicas que puedan aparecer.

La situación deportiva de Moussa Sissoko es diferente a la de Capoue. El jugador es una pieza indiscutible en su equipo, pero no creció en la medida de lo esperado durante las dos últimas temporadas. Sólo tiene un año más de contrato con su club y ambas partes pretenden encontrar una solución inmediata, ya que el futbolista ya ha asegurado a su entorno que quiere salir este verano para buscar un mayor progreso bajo otros esquemas tácticos más ofensivos que los usados por Alain Casanova, técnico del Toulouse.

El jugador tiene una oferta de renovación de su equipo, pero su agente ya aseguró que sólo la contemplarían si no llegan ofertas que atraigan al jugador. La del Sevilla sería una de ellas. Un hipotético traspaso no pasaría de los siete millones de euros dadas las circunstancias de su actual contrato, aunque clubes como Benfica y Liverpool ya hayan preguntado por él.

El Sevilla maneja esa carta en dependencia a la propia situación de la actual plantilla. La presencia de muchos medios hace imposible que la dirección deportiva pueda asegurar la necesidad de un perfil concreto sin conocer cuáles de los presentes podrían tener una salida factible.

La llegada de la Eurocopa será otra vía para medir la presencia del Sevilla en el mercado a la hora de competir por jugadores. Jesús Navas y Negredo conocerán hoy si firman el billete a la cita continental, mientras que Rakitic tendrá protagonismo en una Croacia que puede convertir su cotización en otra alternativa para que la dirección deportiva pueda manejar más opciones.

El Sevilla no sólo debe centrarse en el centro del campo y esa realidad advierte de la necesidad de esperar para garantizar la buena elección en cada parcela. Todo ello a la espera de saber qué acontece con hombres como Salva o Guarente, mientras que el posible regreso de Romaric tras su cesión al Espanyol deja más abierto el panorama de un centro del campo sin necesidades claras.