Una ilusión en termos de mate

La media docena de argentinos del Sevilla sueña con lograr el primer título en la Supercopa europea. Todos ensalzan al grupo sobre las distintas nacionalidades, pero sí valoran el gen competitivo de los suyos en las finales.

Vietto, termo y matera en mano, junto a Franco Vázquez pisan suelo noruego tras bajarse del avión que trasladó al Sevilla.
Vietto, termo y matera en mano, junto a Franco Vázquez pisan suelo noruego tras bajarse del avión que trasladó al Sevilla.
Francisco José Ortega (Enviado Especial A Trondheim)

08 de agosto 2016 - 05:02

El cambio en el Sevilla es una evidencia. La plantilla del club nervionense habla ahora mayoritariamente un castellano con acento criollo, gaucho para más señas. Nicolás Pareja, Franco Vázquez, Gabriel Mercado, Matías Kranevitter, Luciano Vietto y Joaquín Correa caminaban ayer casi siempre juntos por el aeropuerto de San Pablo antes de volar hasta Trondheim, Noruega, camino de la final de la Supercopa europea. Alguien se puede extrañar un poco de que seis de los 22 futbolistas profesionales que tendrán en principio ficha (más de un 25%) hayan nacido en la tierra donde fueron paridos Diego Armando Maradona o Lionel Messi, entre otros grandes futbolistas, pero tampoco es algo tan inhabitual en las escuadras profesionales.

Diego Pablo Simeone ya tuvo una plantilla similar, incluso con más compatriotas, en su estreno como entrenador profesional en Europa, concretamente en el Catania italiano, y no tuvo excesivos problemas para armar un buen equipo. Pero no hay que irse tan lejos, también el Sevilla vivió una circunstancia parecida el pasado curso con los francófonos, pues Rami, N'Zonzi, Gameiro y Tremoulinas habían nacido en Francia, mientras que Krychowiak llegó a Burdeos casi siendo un niño y Mariano militó cuatro temporadas en el Girondins. Además, tampoco quedan tan lejos los tiempos en los que Julio Baptista, aunque éste emigró ese verano, se fotografiaba con Daniel, Luis Fabiano, Adriano y Renato en el grupo de brasileños que tanta gloria le diera al club nervionense.

Ahora, sin embargo, toca ver los botes de mate acompañando a ese elevado porcentaje de futbolistas sevillistas. En este sentido, no iba a ser una excepción el último en llegar. Gabriel Mercado es originario de Puerto Madryn, una bonita ciudad en la que las ballenas llegan hasta el puerto para convivir casi con los habitantes de un sitio tan hermoso como tranquilo, y agradece que haya tantos compatriotas en su primera aventura europea. "Para mí, en lo personal, que llego a este equipo, a esta ciudad y a un país nuevo, el hecho de tener argentinos y también de ser ex compañeros, porque lo fui de Correa en Estudiantes y de Kranevitter en River, me ha ayudado mucho. De la misma manera Nico Pareja, que ya es consagrado en este equipo. Así que ellos me hicieron la adaptación mucho más rápida y más fácil. Pero no sólo los argentinos, también el resto de los compañeros, con un vestuario muy sano".

Ésa es una coletilla que aparece con prontitud entre todos ellos, no quieren que exista una diferenciación entre los argentinos y el resto de la plantilla pese a que se presten amablemente para este reportaje con motivo de la final. Del último en llegar al primero, Nico Pareja. "Creo que tanto yo como los que vinieron nuevos procuramos que la unión sea no sólo entre nosotros sino entre todo el equipo. Trato de juntar a todos, es muy difícil conocer las nacionalidades, culturas y que todos lleven una misma línea. Pero la verdad es que tanto argentinos como españoles o franceses y todos los que se han sumado estamos en la misma línea. Trataremos todos de dar lo máximo para sumar en pos de los éxitos", puntualiza con celeridad el central, uno de los líderes de este grupo que tantos éxitos le ha venido dando al Sevilla.

Paradójicamente, Franco Vázquez es internacional por Italia gracias a su doble nacionalidad e incide desde su perfil más veterano en las palabras de Pareja. "Aunque siempre es lindo tener a gente conocida alrededor, lo importante es adaptarse bien a los demás. También hay franceses y otras nacionalidades. Lo importante es que somos un grupo unido que quiere hacer grandes cosas".

Asunto zanjado antes de pasar a lo más inmediato, a esa final de la Supercopa europea que se anuncia para mañana aquí, en la calmada ciudad de Trondheim, en Noruega. El gen de los argentinos es ganador y el fútbol establece que aparece siempre en las finales. Para Vietto, el penúltimo en llegar a la plantilla que también entrena su compatriota Sampaoli, "el fútbol argentino siempre se caracterizó por ir al frente, por querer ganarlo todo y por ahí en una final eso puede ser determinante. Al jugador de mi país se lo valora por trabajar, por dar el máximo y eso es importante a la hora del grupo. También somos grandes compañeros y eso aporta mucho".

Matías Kranevitter, casi de la misma quinta de Vietto, acude, sin embargo, a la política de no hacer diferenciaciones desde la atalaya de quien, como Mercado, ya ha conquistado títulos continentales con River. "Creo que los argentinos somos como todos, como las personas de acá, los españoles, los franceses, los brasileros. Somos un grupo unido y, bueno, vamos a por otra final", puntualiza en una visión bastante generalizada entre todos.

Kranevitter, como Vietto, perdió contra el rival de mañana en la final de la Liga de Campeones como integrante del Atlético, aunque estuvieran en el banquillo de los suplentes. El delantero aclara, sin embargo, que no existe un afán desmedido de revancha por ello: "No hay revancha, es un partido especial porque es una final, es el Real Madrid, es un gran equipo y se mira de otra forma. Es un partido especial en el sentido de que juegas contra un gran equipo y es una final". "Va a ser muy linda una final contra un equipo como el Madrid, estamos muy contentos de estar acá y vamos a por algo muy importante para todos", remata el medio centro.

Se da una curiosa circunstancia en la que el Sevilla sí partiría con una ventaja de 6-0 y es precisamente en el número de argentinos de ambos conjuntos, ya que el Madrid desde la marcha de Di María se quedó sin ningún futbolista de esa nacionalidad, algo que provoca la sonrisa de todos ellos al caer en el detalle. "Es un poco raro, habiendo jugadores argentinos que están pasando un gran momento en sus carreras profesionales", abre el turno Mercado mientras que Pareja incide en el mismo punto: "Es curioso, sí, raro; lo normal es que en los mejores equipos del mundo siempre haya algún argentino, es un poco raro, sí".

De lo anecdótico a algo que sí puede tener mucha trascendencia a lo largo del curso. Después de tres años saldados con títulos europeos, el Sevilla se vio obligado a cambiar por la marcha de Unai Emery y apostó por un cambio radical hacia Jorge Sampaoli, que tal vez haya sido decisivo para que esta legión argentina esté ahora mismo en el hotel Raddison Royal Blue de Trondheim aguardando la disputa de la Supercopa de Europa. En este sentido, la voz de la experiencia es un Pareja que sí vivió los tres años de Emery en el Sevilla. "Es atractivo, los cambios me motivan y me ilusionan. La idea del míster es muy clara y hay que trabajarla mucho porque requiere muchísimo sacrificio y trabajo. Estamos en ese camino, ojalá podamos ganar esta final, que va a ser muy importante, pero ojalá podamos seguir mejorando", comenta el central.

Franco Vázquez, mientras, se apunta a no encorsetarse en el fútbol. "Ojalá que funcione bien este otro sistema, se puede ganar de varias formas posibles en el fútbol. El año pasado han ganado de una forma, este año probaremos a ganar de otra", comenta un futbolista que apuesta por la creatividad. Mercado lo hace por la visión del entrenador: "Jorge tratará de sacar el máximo a cada jugador para hacer una gran temporada". Y en eso coincide también con Vietto: "Siempre hay que confiar en la manera de jugar que proponga el entrenador y tratar de sacarlo todo dentro del campo".

Y para concluir, Kranevitter se fija más en el devenir de su actual club. "El Sevilla es un club muy grande, que logró muchas cosas en los últimos años, vine acá por eso y es verdad que hay un gran grupo. Bueno, tenemos una final muy pronto y espero que me vaya muy bien", manifiesta ilusionado el hombre encargado de ejercer de pivote de todo.

Joaquín Correa, mientras, ya se había subido al avión minutos antes y tuvo que aguardar al resto de los guerreros argentinos, que se peleaban, siempre de buen humor, incluso por los asientos del avión en los que iban todos juntos: una de la filas correspondía a la salida de emergencia y eso equivale a mucha comodidad para un viaje de cuatro horas. Un trayecto de ilusión, mate y acento criollo, porque con el cuerpo técnico, Jorge Sampaoli, Jorge Desio, Hugo Martín Tocalli y Matías Manna, llegan a la decena los argentinos.

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