Un hercúleo reto hacia París 2024

Triatlón | Paralímpicos

Manuel Afonso, canario de cuna y sevillano de corazón, busca patrocinadores para cumplir su sueño de disputar los próximos Juegos Paralímpicos l Es subcampeón mundial de paraduatlón

El triatleta Manuel Afonso, en el Parque de la Vega, su habitual lugar de entrenamientos.
El triatleta Manuel Afonso, en el Parque de la Vega, su habitual lugar de entrenamientos. / José Ángel García

27 de marzo 2022 - 06:16

Donde unos ven límites, otros ven oportunidades. Cuestión de mirada. Y de fe. Si es admirable nadar 1.500 metros para atravesar luego 40 kilómetros en bici y acabar corriendo otros 10.000 metros, como son capaces de cumplir los triatletas, qué decir de los triatletas paralímpicos. Manuel Afonso (Agüimes, Gran Canaria, 18 de agosto de 1975), poliomielítico de una pierna, nada 750 metros, hace luego 20 kilómetros en su bici adaptada y luego cierra con otros 5.000 metros en su silla de ruedas. Heroico. Hercúleo se diría.

Ese desafío consigo mismo lo libra Manuel cada mañana en el Parque Vega de Triana, junto al Charco de la Pava, donde se entrena a las órdenes de un insigne triatleta sevillano, José María Merchán.

El destino lo trajo de las Islas Afortunadas a Sevilla hace tiempo. Y aquí conoció a su pareja, María José, para sentirse un sevillano más. Fue el baloncesto en silla de ruedas el que el marcó su feliz camino: “En la temporada 2000-01 me fichó el ONCE Andalucía, retorné a mi tierra en el Sandra Gran Canaria y de nuevo recalé en el ONCE Andalucía, con el que gané Ligas y Copas. Conocí a María José y ya me quedé”, recuerda.

Convencimiento

"La mente crea lo que la mente cree, concibo el como un aprendizaje el fracaso; estaré en París”

Cuando dejó el baloncesto en silla hace siete años, Manuel cogió demasiado peso. Y habituado como estaba a hacer deporte desde muy joven, decidió abrir la puerta del triatlón: “Vengo del básket, pero ya antes había practicado atletismo”. Hoy, todo es distinto. Merchán diseña su planificación deportiva y supervisa su alimentación durante el último año y medio. “Hasta 28 kilos había cogido y yo lo que quería era volver a competir, es mi forma de ver el deporte, yo no concibo esto como ocio, sino como competición”.

Y los resultados están ahí: el año pasado, en La Coruña, quedó subcampeón del mundo en duatlón (especialidad alternativa al triatlón que se practica de noviembre a febrero y que, por las bajas temperaturas, descarta la natación). “Mi hermana me llamó para decirme que estaba superorgulloso de mí y eso me llenó mucho más que haber quedado subcampeón”. Precisamente el próximo 23 de abril empieza a competir esta temporada en el Nacional de duatlón.

También ha sido cuarto en el Nacional de paratriatlón, en Pontevedra. Y tercero en el Nacional de paraduatlón en A Coruña, entre otros logros.

Su gran sueño es participar en los Juegos Olímpicos de París 2024 y para ello, le urge encontrar patrocinadores. “Necesito dinero para comprarme una handbike que haga elevar mi nivel competitivo y también para poder organizar unos viajes en condiciones”. En La Coruña, Manuel acabó con la handbike rota. “Me queda grande y pesa mucho. Allí acudí con el dinero superjusto, amigos con negocios aportaron algo. Muchos rivales tenían un material deportivo impresionante, handbikes de fibra de carbono”. Su patrocinador principal hoy es ESIC, su lugar de trabajo. Reche Suministros Industriales, Clínica Dental Raúl Pascual, Bar Doble Aa y Gasolinera Torneo también aportan en un segundo nivel.

Pero necesita más impulsos. Él, con su espíritu luchador, no ceja en su empeño de lograrlos: “Estoy en conversaciones con la empresa cordobesa Efficold –referente a nivel internacional en el sector del frío comercial– y si me apoyan, espero que tenga un efecto llamada para otras firmas”.

El material de los triatletas no es barato. Y menos cuando se trata de material adaptado para los paratletas. La handbike que Manuel ha elegido para su aventura con final en París cuesta 10.400 euros, la fabrican en Euskadi y poco a poco, va aportando cantidades.

“Quiero dar visibilidad a mi historia de superación, al reto que tengo conmigo mismo, está claro, pero también pretendo expresar la necesidad que tengo de encontrar una ayuda económica para poder hacer realidad ese gran sueño de ser olímpico. Sueño con estar en París dentro de dos años y que mi familia y amigos lo disfruten tanto como yo. Ellos también me han dado la energía para seguir avanzando en este camino, mi entorno es superimportante para mí”, resalta este ejemplar deportista.

De momento, lo que depende de él para avanzar hacia esa gran cita de 2024, su mentalidad y su esfuerzo rutinario, aun con su silla de segunda mano, son tan sólidos como su juego dentro de aquel mítico ONCE Andalucía que lideraba el gran Diego de Paz: “Todo suma, no concibo el fracaso como tal, lo concibo como un aprendizaje. La mente crea lo que la mente cree. Y yo, voy a ir a París”.

El hándicap de la segunda mano

Manuel Afonso compite en la categoría PTWC H2, la de los atletas con movilidad en una de las piernas (la H1 engloba a los que no tienen movidad en las extremidades inferiores). Tanto los de H1 como los de H2 compiten en la misma prueba, pero lógicamente hay una compensación, en la línea del hándicap de los golfistas: “A mi tiempo se le suman tres minutos y 8 segundos con respecto a los triatletas de H1, y si en la competición hay muchos participantes, primero salen los de H1 y a los tres minutos y ocho segundos salimos los de H2”, aclara. ¿Y en cuál de las tres modalidades destaca más? “La natación es la que mejor se me da. La mayoría de los participantes son nadadores, ciclistas o atletas reacondicionados y en mi caso no es así, yo jugaba al básket. la natación es pura técnica, si no, peleas con el agua; la bici es más fuerza y estrategia y luego la silla es también técnica, la posición, darle al aro... Y todo debe ser a medida. De ahí mi inconveniente con los objetos de segunda mano...”.

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