Algo que hacer con el balón

El Betis firma un partido indecente en ataque apelando a una insulsa posesión ante el juego directo del rival · Roto en dos, se descosió por las malas coberturas de Cañas

Algo que hacer con el balón
Algo que hacer con el balón
Jesús Alba

05 de febrero 2012 - 05:02

Imagen decepcionante y plana, derrota insulsa y victoria imposible por mucho que la posesión, probablemente, fuera mayor a la del Mallorca. Pero, ¿no era justo lo que quería el rival? El Betis no disparó a puerta y perdió un partido que no se jugó, porque el cuadro de Caparrós se llevó los tres puntos casi sin estar en el campo. El Betis, en el estreno de Paulao, no atacó, pero tampoco defendió bien. Se limitó a no arriesgar. Tanto, que corrió el riesgo de ser el más insulso de los dos contendientes al no tener nada claro lo que había ido a hacer a la nevada Palma, donde no vio ni de lejos la portería.

Con los delanteros como islotes, como pudieran ser Menorca o Ibiza mientras el resto andaba por la capital del archipiélago, el once de Mel jamás tuvo conexión, jamás disparó a puerta y rara vez pisó el área. Atrás, se dejó devorar por el fútbol directo, sin centrocampismo, de un Mallorca que cuando marcó su gol se convirtió en un cerrojo regalando el balón.

Defensa

Paulao fue la mejor noticia (sin que se generen falsas y precipitadas expectativas) en una zaga en la que cada cual tuvo su culpa. El debutante demostró concentración, tensión y atención como para marcar en corto, pero el sistema defensivo se fue cayendo por el lado izquierdo, esta vez bajo la responsabilidad de un Cañas que inició el choque medio dormido y en el que no despertó hasta la segunda mitad. Sus despistes, siempre cayendo a la banda de Álex Martínez para tapar las subidas de éste, recayeron en las espaldas del canterano. Así, por ejemplo, llegó la falta que dio origen al gol, en una salida totalmente prescindible de Mario si las piezas hubieran estado en su sitio. Luego, con la expulsión del central, Cañas dio un paso atrás y Juanma había hecho lo propio en el lateral, pero el Mallorca, ya con 1-0, no quería ninguna guerra y sí ir dejando pasar el tiempo y salpicar el campo de contrasgolpes aislados.

Ataque

Difuso, sobón e ineficaz. Mel planteó un choque sin bandas, con gente en el centro y fe en la zona de tres cuartos, pero la pieza que falló -y estridentemente- fue Pozuelo. Incapaz de controlar un balón a la primera, él solo fue aislando poco a poco a un Santa Cruz que se aburrió tan pronto que decidió que no iba a regalar ni una sola carrera hacia atrás. El resultado fue la ausencia cruda y total de ocasiones de gol en 94 minutos de juego. Sólo Álex Martínez en la primera mitad buscó su juego de diagonales, pero no es un carrilero pasador y todo se fue quedando en nada.

En la segunda mitad, Mel intentó dos cosas, pero no le salió ninguna. Primero, sin quererlo, taponó la única vía que tenía abierta, la del carril del joven lateral, con la entrada de Jefferson Montero, que ni comió él ni dejó que siguiera comiendo Álex Martínez. Segundo, con Beñat y Salva Sevilla buscó un control de la posesión que no le costó trabajo conseguir, pero basado en movimientos lentos, pases en horizontal y control ficticio, justo lo que el Mallorca celebraba.

Virtudes

Las sensaciones de Paulao.

Talón de Aquiles

La portería... ¿la tapaba la nieve?

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