La gloria fue llegar hasta aquí
El Cajasol volvió a quedarse a las puertas de conseguir su primer título, como le pasó en las finales de la Liga de las temporadas 95-96 y 98-99, y en la de Copa de ese año
El destino fue otra vez cruel con el Cajasol. Ya es la cuarta vez en su historia que la gloria, el primer título de su historia, queda a un solo paso. A los dos subcampeonatos de Liga y al de Copa se suma el de la Eurocup, aunque el tremendo campeonato disputado por el conjunto sevillano es para quitarse el sombrero. Ahora hay que seguir luchando para que no pasen otros doce años sin jugar una final.
Hasta en tres ocasiones, siempre como Caja San Fernando, estuvo antes el club sevillano a un paso de estrenar su palmarés. En la primera, con Aleksandar Petrovic en el banquillo en la temporada 95-96, cayó en la final de la Liga ante el Barcelona por 3-0, después de dejar en el camino al Real Madrid, en cuartos de final (0-2), y al TDK Manresa, en semis (2-3). No tardarían los cajistas en verse en una situación igual, pues en la 98-99, de mano de Javier Imbroda, repitieron final y resultado con los azulgrana (3-0) tras vencer al Pamesa (3-2) y otra vez al Madrid (1-3).
Más cerca estuvo esa campaña de levantar la Copa del Rey, en Valencia, frente al Tau. La tuvo entre sus manos, inclusó la tocó, pero, tras superar problema tras problema no pudo con el último, la lesión de Turner. En cuartos, el Caja San Fernando se vio las caras con el anfintrión: primer escollo. En un partido emocionante, apeó a los taronja por un cardiaco 57-58. Después tocó el Barcelona, que mordió el polvo (79-85) gracias a un espectacular Turner (24 puntos y nueve asistencias), aunque con el infortunio de perder a Salva Díez por lesión. Sería baja para el duelo definitivo, pero aún habría que pasar un trago peor. En la final esperaba el Baskonia, que en el segundo tiempo llegó a ir perdiendo de 14 puntos. El título se acariciaba tanto que el presidente vitoriano, Josean Querejeta, felicitaba por adelantado a su homólogo sevillano, José Antonio Parra. Pero en los minutos finales el base norteamericano del Caja se lesionó y Anderson Schutte tuvo que hacer de improvisado director. Bennett le robó tres balones consecutivos, los nervios se hicieron presa de los de Imbroda y la Copa voló hacia la capital alavesa cuando en Sevilla ya la esperaban.
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