La 'odisea' de un grupo de sevillanos para ver la final de España en Berlín: "Es algo único"
No tenían entradas hasta el día antes del partido
Encontrar vuelos con precios medianamente razonables fue una odisea
La final de la Eurocopa, la más vista y a su vez la menos vista en los audímetros
La alegría se desató en la casa de todos los españoles en la noche del pasado domingo con la consecución de la cuarta Eurocopa en la historia del deporte Español. Fue además un título importante para el prestigio del país ya que se ha elevado como el combinado nacional con más títulos de Europa en solitario. Hay miles de historias por contar en nuestro país que irán aumentando con el paso de las horas y la celebración de los futbolistas en suelo nacional.
Pero al margen de lo que ocurrió en las casas de los más de 48 millones de españoles que celebraron la impresionante victoria ante Inglaterra, también destacan muchas anécdotas de gente que se trasladó a tierras germanas para poder ver en vivo y en directo el partido que para ellos era "de sus vidas". Pero este era un objetivo ambicioso y complicado debido a la pésima situación vivida durante los días previos a la gran cita.
Una historia contada por muchos
Una "odisea". Así definía José Carlos su historia y la de sus amigos a la hora de poder viajar a Berlín para presenciar el encuentro. Fueron valientes, ya que el día antes de la final no tenían todavía entradas para el partido. Unos precios desorbitados y una enorme dificultad para conseguir un vuelo eran los dos aspectos que marcaban la situación.
Ya hubo mucha polémica por la diferencia de aficionados españoles e ingleses que estarían en las gradas del Estadio Olímpico de Berlín el día del partido, pero viendo lo que han tenido que pasar muchos para poder asistir, se entiende mucho mejor la desigualdad en los asientos. Consiguieron un vuelo el mismo día del partido por la mañana, viajando desde Jerez hasta Leipzig y ahí en tren hasta la capital.
Para volver a España, han tenido que hacer un viaje desde Berlín hasta Hannover, de ahí en avión a Roma para hacer escala y finalmente terminar de nuevo en España tras presenciar la consecución del título. Una combinación dura físicamente pero que era la única via de escape ante los precios desorbitados en las compaías de aviación.
Las entradas, un bien preciado
Por otro lado, estaba el tema de las entradas. El día antes del partido no tenían y cuando llegaron a Berlín, los precios seguían por los aires el día de partido. Finalmente, tuvieron que confiar en la Selección y apostar a que terminaría siendo rentable invertir 1.000 euros por persona, que fue lo que finalmente tuvieron que pagar.
"Todo dependerá de como quede el partido para saber si es rentable o no es rentable", comentaba Juan Carlos, que también se quejaba de las pocas facilidades y ayudas que ha puesto la RFEF a aquellos aficionados españoles que se querían desplazar para apoyar a los suyos: "La federación no ha puesto ninguna facilidad".
Un final feliz
Afortunadamente para ellos y para todo el aficionado al fútbol, 'La Roja' terminó ganando el partido. Además lo hizo de una forma bastante épica que suele gustar mucho a los asistentes, en los últimos minutos de partido generando un ambiente muy épico.
El resto, es historia. Los momentos que terminaron pasando los espectadores que se desplazaron a tierras teutonas quedarán para toda la vida en sus memorias ocupando un espacio mucho más grande e importante que el dineral que tuvieron que emplear.
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