La final del afán recaudatorio

El Sevilla ha encajado ya el golpe y ha decidido tomar el camino de no quejarse más y de trabajar para intentar dar el último golpe el día del partido, pero la decisión de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de fijar la final de la Copa del Rey en Barcelona todavía escuece en el consejo de administración que preside José María del Nido. Un camino que obedece en gran medida al afán recaudatorio de los miembros del comité ejecutivo de dicho organismo, entre los que ha pesado más las cerca de 47.000 plazas de más que el Camp Nou tiene con referencia a Mestalla que la equidad en el tratamiento a los distintos clubes implicados, Atlético de Madrid y Sevilla.

De hecho, dentro de la gran chapuza que la Federación ha protagonizado con la final de la Copa como trasfondo, el hecho de que incluso la fecha aún no esté decidida se ha debido también a que sus miembros han estado esperando hasta último momento para intentar que la sede fuera el Santiago Bernabéu, otro estadio que se acerca a los 80.000 espectadores de aforo y que podría haber dado cabida a dos aficiones que prometen estar muy representadas en la final. En el momento que el Atlético siguió adelante en la Europa League al eliminar al Valencia, la Federación tuvo que descartar el estadio madridista al chocar ya las fechas con la final de la Champions, para la que la FIFA necesita tomar posesión del recinto con bastantes días de antelación.

En el Sevilla se quejan de que en la Federación se actuó de mala fe al efectuarse una votación en la reunión celebrada en Valladolid a la que no asistió Del Nido cuando en el orden del día no estaba fijado ningún punto relativo a la final de la final de la Copa del Rey y mucho menos la elección de la sede. Miembros del consejo de administración sevillista que participaron ayer en una tertulia en Canal Sur Radio reconocieron que el Atlético se movió mejor en los días previos a esta reunión, captando votos tanto de clubes como de directivos de la federación, así como de presidentes de las federaciones territoriales. Igualmente, Manuel Vizcaíno y José Castro insistieron en que el club se ha sentido engañado por la la Federación, pues ésta había prometido que se jugaría la final en Valencia el caso de que los clubes no se pusieran de acuerdo. El Camp Nou tiene una capacidad de 98.772 espectadores, mientras que en Mestalla sólo caben 52.000. Más de 46.000 de diferencia que pueden significar muchos millones de euros con una afición como la colchonera que hace años que no vive nada igual y la sevillista, con la que en Madrid siempre cuentan como una de las más fieles.