La final de Copa en plena Feria era un horror
Desde mi córner
Es digna de aplauso la diligencia mostrada con el lógico cambio de fecha a una semana más tarde
Afortunadamente no pasó de ser una broma pesada o un desliz felizmente subsanado, pero que la final de Copa del Rey se hubiese celebrado el sábado de Feria no debía llegar a buen puerto y no llegó. Creo que dar la fecha con tanta anticipación puede provocar que pase como pasó en la última edición, que tanto Betis como Valencia hubiesen de jugar un partido de Liga tres días antes del gran acontecimiento que siempre es una final.
Con estos calendarios tan adelantados y tan amañados se dio una vez la circunstancia de colocar un derbi en pleno Domingo de Ramos. Hasta entonces había habido bastantes Sevilla-Betis con la Borriquita en la calle, pero era admisible por el azar del calendario, porque había salido así del bombo y punto en boca. Pero colocando los partidos según conveniencia a dedazo limpio no se comprendía cómo un partido así se jugase en una fecha así.
Y ahora ha podido pasar ídem de lienzo con la final de Copa en sábado de Feria. Con el avispero en que se convierte Sevilla en dicho día, lo único que faltaba para el guiso era una aglomeración de foráneos añadida a la que pone los hoteles sin una sola cama disponible. Y así el panorama hasta daban ganas de desear que en dicho partido no estuviese un equipo sevillano. Sé que sería impopular dicho deseo, pero el imán de uno de los dos sólo sería superado por un derbi en noche grande de farolillos.
Se estaba a tiempo de arreglar el entuerto y las instituciones hispalenses con el Ayuntamiento a la cabeza se han mostrado diligentes. Aunque los beneficios para la ciudad son innegables, cambiar la fecha de la final o que se fuesen con la música a otra parte eran las disyuntivas a barajar. Por supuesto que la primera opción, la de mudar la fecha, era la mejor para todos, aunque cualquier medida hubiese sido buena si evitaba una final de Copa el sábado de Feria.
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