La fiebre Kondogbia
El Sevilla y Doyen se frotan las manos ante la cuantía de las ofertas que preparan los grandes de Europa. El club tiene obligación de vender o igualar una propuesta a partir de los 6 millones.
Todas las partes se frotan las manos en este negocio. El Sevilla, que no ha puesto ni un duro y se va llevar la mitad justa del botín, Doyen Group porque saca una rentabilidad de al menos el 500% de la inversión, el jugador porque en su primer año en una Liga exigente va a dar el salto a un grande y el club comprador porque se lleva una joya de sólo 20 años con un potencial amplísimo en el futuro y una realidad futbolística en el presente.
La operación Kondogbia va camino de convertirse en el último pelotazo de Monchi, el castigado director deportivo de un tiempo a esta parte por la drástica desaparición de sus aciertos. Media Europa se pelea en estos momentos por tener en sus plantillas al espectacular centrocampista francés, un jugador que entra claramente por los ojos por su poderío físico y su buen sentido del juego sin haber debutado en la selección absoluta de Francia, algo que, sencillamente, está al caer. Se habla de cifras astronómicas que superarían incluso la cotización que parecía que podrían alcanzar Negredo o Jesús Navas, los que hasta hace unos meses estaban considerados, con diferencia, los mayores activos del Sevilla en el mercado.
Este martes los diarios deportivos madrileños afirmaban con absoluta rotundidad que Kondogbia había sido elegido por los técnicos del Real Madrid para rejuvenecer su centro del campo y que el club merengue prepara una oferta millonaria, sólo hay que ver la entidad de los equipos que se han fijado al ex jugador del Lens como objetivo para hacerse una idea de la tajada económica que el Sevilla y Doyen pueden sacar de la inversión hecha en sólo nueve meses: Dortmund, Juve, City, Inter, Milan... aunque en el Sevilla no consta aún una oferta formal.
Los 20 millones que apuntaban este martes desde Madrid pueden ser una medida orientativa, pero la puja está servida y el verano promete ser largo. En cualquier caso, una venta del jugador reportaría al Sevilla pingües beneficios sin haber tenido que poner ni un solo euro. Las cifras de la complicada inversión que acordaron el club y Doyen el pasado mes de julio son las siguientes: el coste global del jugador fue 3 millones de euros, de los cuales al Sevilla le corresponde abonar 1,5 pero a partir del tercer año de contrato. Como bien han explicado en varias ocasiones tanto Del Nido como Monchi, a falta de crédito bancario, Doyen hace de ente financiador y, como es normal, cobra un interés por los pagos. De hecho, en el caso de Kondogbia, el Sevilla abonará a partir de 2015 su parte con un 10% de interés anual, lo que hará que la suma final se acerque pero no exceda de 2 millones. A cambio, el club, que ya posee los derechos federativos de Kondogbia, disfruta desde ya -desde el momento de la contratación-, de la mitad de los derechos económicos. Es decir, que en caso de un traspaso ahora mismo, al Sevilla le correspondería el 50% del montante global de la operación. De ese dinero, lógicamente, habría que descontar los 1,5 millones pendientes del pago a Doyen.
Aquí hay una cuestión importante. En los contratos hay una cláusula que deja bien claro que si llega una oferta por Kondogbia que supere los 6 millones de euros, el Sevilla está obligado a escucharla o, en caso contrario, igualarla. Lógicamente, por la espiral que está tomando el interés de los más grandes del globo por el futbolista, esa oferta excederá muy mucho de esa cantidad, con lo que se extrae que al internacional sub 20 galo le queda poco tiempo en el Sevilla, un club que además está angustiado en el aspecto económico y que puede ver en esta oportunidad una mina de oro sin comerlo ni beberlo. Una demostración de que con Doyen no todo iba a ser malo.
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