La felicidad del deber cumplido

Tomás Calero resalta la templanza y el acierto para ejercer la reanimación de Miguel García · El Betis, por iniciativa del doctor, fue pionero en España en la utilización de desfibriladores

El Betis gana un partido marcado por el susto protagonizado por el jugador del Salamanca Miguel García, que sufrió una parada cardorrespiratoria en pleno partido. / LOF
Samuel Silva / Sevilla

25 de octubre 2010 - 13:05

Afortunadamente, un médico no debe afrontar todos los días un caso a vida o muerte, aunque se preparan para situaciones de esa índole. A Tomás Calero, jefe de los servicios médicos del Betis, le tocó en un campo de fútbol el pasado domingo, con el infarto cardiaco sufrido por Miguel García y su reacción fue decisiva para salvar su vida. Ayer, el doctor, con el susto todavía dentro, comparecía con la felicidad que otorga haber cumplido con su cometido en la situación más complicada de su carrera profesional.

"El jugador sufrió un desvanecimiento y tuve la fortuna en ese momento de que me cogió enfrente justo del banquillo y lo vi caer. Hasta llegar allí no nos dimos cuenta de que se trataba de una parada cardiorrespiratora", recordaba Calero esos primeros instantes de incertidumbre, que luego se revelarían decisivos por su pronta reacción para atender a Miguel García: "Iniciamos un proceso de reanimación siguiendo el protocolo y, afortunadamente, el jugador se salvó. Si hubiésemos tardado más de tres minutos, se hubieran producido daños cerebrales por la falta de oxígeno".

Calero huye del protagonismo. "Había muchos profesionales de la medicina en el estadio y eso facilitó la labor", apunta el doctor, que también incide en la importancia de contar con el material adecuado: "Cuando vimos a Miguel allí tuvimos la templanza de actuar con criterio y el acierto de coordinarnos bien, haciendo las pautas adecuadas para poder salvar la vida del jugador. Pero, sobre todo, si no llegamos a tener un desfibrilador en el mismo terreno de juego, no sé qué hubiese pasado con su vida, porque lo recuperamos una vez, pero hubo que hacerlo una segunda y fue ahí cuando reaccionó y pudo abandonar el estadio consciente".

Y es que Calero ha insistido en numerosas ocasiones en la importancia de contar con un desfibrilador en todas las instalaciones. Incluso llegó a realizar un curso en la propia ciudad deportiva del Betis en 2005 para que todo el mundo conociera el protocolo a seguir cuando se produce un infarto, aprovechando que el club había adquirido los desfibriladores semiautomáticos que ahora son obligatorios en todos los estadios de Primera y Segunda, una iniciativa en la que el Betis fue, junto al Madrid, pionero en el fútbol español.

El móvil de Calero echaba humo, con felicitaciones que llegaban de todas partes. Desde la AFE al propio Salamanca, pasando por el Sindicato de Médicos de Sevilla, que en una carta resaltó la labor del galeno verdiblanco. Así, resalta el hat trick que se ha anotado Calero en su currículum al aplicar, en primer lugar, "un buen masaje cardíaco al jugador", al que le salvó la vida. En segundo lugar, destaca la humildad demostrada por Calero, al quitar relevancia a su "hazaña", rechazando la etiqueta de héroe. "En estos días en que la gente se cuelga medallas, aunque sean de cartón, tu gesto te honra", indica la carta. Por último, se pone de relieve la inteligencia demostrada por Calero al aprovechar la ocasión para reivindicar desfibriladores semiautomáticos en los estadios, y demás instalaciones deportivas.

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