La exigencia de Poyet

El técnico se muestra satisfecho con la planificación pero solicita más físico para el medio centro. "Me cansé sólo de mirarlos", dice sobre la paliza matinal.

Gustavo Poyet, muy expresivo durante un entrenamiento.
Gustavo Poyet, muy expresivo durante un entrenamiento.
Samuel Silva ( Enviado Especial A San Pedro De Alcántara)

12 de julio 2016 - 05:02

Con un plan entre las manos. Ambicioso e inconformista, aunque satisfecho con el trabajo realizado por el club. Así aparece Gustavo Poyet en sus primeros días como entrenador verdiblanco. Con todo bajo control en la concentración en el Westin La Quinta, con esa exigencia para las pequeñas cosas que también aparece en su discurso para apuntar a las necesidades del equipo. O para pedir a los jugadores un esfuerzo más durante un entrenamiento matinal en el que el preparador físico, Marcos Álvarez, le borró la sonrisa a más de uno.

"Hay buen ambiente, buen rollo y un poco de optimismo. Eso es fundamental para que el futbolista se sienta importante y esas ganas se transmitan a la cancha. Hay bastantes jugadores que han llegado antes de empezar la pretemporada. Eso es el sueño del entrenador porque nunca pasa, ya que siempre te llega alguno en el último minuto. Hay bastantes cosas que van por muy buen camino, ahora depende de nosotros ponerlas todas juntas. Se van dando las condiciones, falta lo más difícil, que es jugar bien y ganar. Eso es trabajo nuestro", manifestó Poyet, que, si bien mostró su satisfacción por el trabajo realizado por el director deportivo, Miguel Torrecilla, también indicó cómo le gustaría que fuesen los refuerzos que faltan por llegar: "No se le puede poner unos puntos porque uno siempre quiere mejorar, pero desde luego que está cerca de lo máximo. En el aspecto de firmar los jugadores que queríamos y bastante pronto hemos sido pioneros. Lo que falta nos da la posibilidad de tomarnos el tiempo y ver también alguna posibilidad de algún jugador que ahora se ponga en el mercado y hasta ahora no estaba. Tenemos un poco más de tiempo. Se puede mejorar en la faceta de la altura, es un tema con el que me gustaría estar un poco más conforme. Evidentemente, no vamos a traer a un jugador de baloncesto sólo por eso. El tema es la posibilidad de que hay momentos y hay equipos con los cuales hay que competir de otra manera. Queremos tener esa posibilidad de hacerlo y no sufrir porque ese jugador no está". Y es que Poyet quiere un recambio poderoso para N'Diaye, aunque también espera que tenga algunas cualidades distintas a las del francés. "Con su salida, esa posición es ahora prioritaria. Dependiendo del jugador que encontremos jugaremos de una forma u otra", señaló el uruguayo, que quiere un pivote que, además del citado físico, posea inteligencia táctica.

Exigencia, esa palabra tan necesaria para cualquier entidad, se desprende del mensaje de Poyet, que también ha elevado las cargas de trabajo de la plantilla. Casi 100 minutos de entrenamiento físico realizaron los jugadores béticos en la mañana de ayer, bajo la supervisión del entrenador uruguayo. "Hemos encontrado muy bien a los futbolistas. Uno puede como grupo técnico prepararlos, contactarlos y decirles que hagan todo el trabajo durante las vacaciones, pero después es un tema muy individual. Por suerte, hemos comprobado que han vuelto bien, lo que nos ha permitido empezar al nivel que queríamos, bastante fuerte por lo que se ha podido ver estos días", comentó el técnico, que incluso bromeó sobre la intensidad de los ejercicios cuando se refirió a Joaquín, uno de los veteranos de la plantilla: "Soy un convencido de que cuando un jugador está en el campo y está contento es porque las cosas van bien. Si ves muchas caras largas es porque las cosas van mal o están sufriendo mucho. Se necesita el carácter de alguien como Joaquín porque siempre suma y alegra un momento difícil. Hoy tuvimos un entrenamiento muy difícil, me cansé de mirarlos. Él lo terminó todo, no sólo está el hecho de sufrir sino de lograrlo, es trabajo que ya quedó en el cuerpo y no tiene que recuperar. Hemos empezado muy fuertes, hay cosas que prefiero trabajar al principio para luego agarrar el fútbol que necesitamos".

Directo y claro, sin extenderse demasiado en su discurso, pero con las ideas fluyendo a la velocidad de su palabra. Da igual que hable de refuerzos, entrenamientos o de los descartes. Con estos últimos volvió a exhibir esa claridad para hacerles ver que difícilmente tendrán sitio en sus planes. "Ellos saben dónde están, le planteamos clara su situación. Tienen contrato con nosotros, hay respeto y una forma de tratarlos que no cambia independientemente de que no se cuente con ellos. Lo que no voy hacer es dar falsas expectativas a ninguno, cada uno sabe su posición y decide lo mejor para él. He sido jugador y sé que hay gente que se puede poner dura y se quiere quedar para terminar su contrato y se pierde un año de fútbol. Eso es decisión de ellos, no nuestra. Se les ha informado con tiempo para que cada uno sepa la posición en la que está, luego las decisiones personales se aceptan aunque no se compartan porque el contrato está ahí y hay que respetarlo. Si los números nos alcanzan, no jugarán los partidos amistosos. Si hay alguno al que necesitemos y ellos están de acuerdo, jugarán. Una cosa es respetar sus contratos y otra es que pasen a ser parte del grupo que va a estar este año con nosotros. Hay que respetar la decisión que tomamos como club de que hay jugadores que van a estar y otros que no deberían", aseguró Poyet, tan cercano y directo en su lenguaje como exigente en sus actos.

El 4-3-3, el sistema preferido hasta ahora por el entrenador

No deja ver demasiado Gustavo Poyet de su trabajo táctico con la primera plantilla, aunque el principal motivo no sea el de esconder su método sino el de poder enviar sus mensajes con tranquilidad a los jugadores. El técnico tiene claro que su sistema preferido es el 4-3-3, siempre y cuando el equipo se muestre receptivo a su idea. "La idea es intentar ir por ese camino, de la manera que trabajamos y queremos controlar, creo que es el sistema con el cual hemos convencido más fácilmente a los jugadores de las posiciones que tienen que ocupar. No hay que ser terco, vamos a morir con nuestra idea, pero si hay que cambiar en algún momento para mejorar, se hará. La idea es empezar con algo y el sistema de inicio posiblemente sea ése", manifestó Poyet.

Paciencia tanto con Felipe Gutiérrez como con Piccini

A Felipe Gutiérrez, que venía entrenándose en solitario, se unió ayer Cristiano Piccini, con quien el cuerpo técnico no quiere correr riesgos, después de haber estado parado desde enero. "Viene entrenándose muy fuerte desde hace varias semanas, por lo que el tema físico es el que menos nos preocupa. Lo que nos preocupa es mantener una igualdad en la potencia de las dos piernas para que no haya desequilibrio. Al mismo tiempo, tenemos que empezar a darle mucho fútbol", expuso Poyet, que también fue cauto con Felipe: "Es un chico al que hay que frenar más que empujar. Cuando se den las circunstancias en los entrenamientos, vamos a poder ir sumándole sin apurarnos y sin pensar que va a estar muy pronto. Queremos que se sienta parte del grupo".

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