El 'otro' eterno rival

La semifinal ante el Atlético reedita una hostilidad que creció en los últimos años y con la final de 2010 aún caliente Peleas entre radicales, insultos, incidentes fuera y dentro del campo...

Jesús Alba / Sevilla

26 de enero 2013 - 10:56

Quizá todo empezara cuando el Sevilla perdió un título de Liga en la temporada 50-51 por un polémico arbitraje en una visita del Atlético al viejo Nervión, donde un colegiado que quedó marcado enla historia del club blanco, Azón, anuló un gol legal del Pato Araújo aduciendo que el centro de Ayala sobre la línea de fondo se había producido fuera del campo. O no. O es una rivalidad mucho más nueva, cuando ha habido enfrentamientos sonados, sobre todo entre las aficiones.

Pero lo que sí es seguro es que el duelo que librarán a partir del jueves ambos equipos con una final de Copa en juego promete de nuevo levantar ampollas, pues si el Sevilla evitó medirse al Betis en semifinales, el adversario que le cayó en suerte puede considerarse que es su otro eterno rival, un rocoso enemigo que además acudirá a la eliminatoria con ánimos de revancha, pues aún tiene fresca la profunda herida que los nervionenses le provocaron con su triunfo en la final de 2010 en el Camp Nou, escenario en el que el Sevilla alzó su último título.

Con condicionantes que fomentan además el morbo, como la presencia de un atlético como José Antonio Reyes en el Sevilla -vistió de rojiblanco en aquella final- o la figura de un ex sevillista en el banquillo del Atlético como Diego Pablo Simeone que nunca tuvo un gesto hacia el club que lo dio a conocer en España, los dos duelos se presentan de alto voltaje. El Sevilla, revitalizado tras la llegada de Emery y con una cara en la Copa que no tiene nada que ver con la de la Liga, puede salvar la temporada más decepcionante de la última década. Entrar en la final significaría, además de una alegría para una afición que ha disfrutado mucho en este torneo, poder acceder a una competición europea que lo más fácil es que se le niegue por su trayectoria en la de la regularidad. Para el Atlético, el único equipo capaz en este curso de seguir de alguna manera el ritmo del Barcelona en la Liga, la Copa es su oportunidad para conquistar un título en una de las mejores temporadas que se le recuerdan desde el doblete de Antic.

Pero la historia reciente de los duelos entre Sevilla y Atlético arroja momentos tensos, tanto fuera como dentro del campo. Cánticos e insultos aparte, como lo de "yonkis y gitanos" o las faltas de respeto a la memoria de Puerta, los enfrentamientos entre los radicales de ambos clubes merecen un capítulo aparte, con un especial punto rojo en los choques de 2008. La difusión en internet de la agresión entre ultras en los alrededores del Pizjuán motivó que en el partido de vuelta en Madrid se produjeran 14 detenciones, amén de la confiscación de 42 bates de béisbol y otras armas. En el desplazamiento a Madrid en 2011 también se produjeron incidentes que se saldaron con dos policías y seis aficionados sevillistas heridos.

En el campo, tampoco han faltado episodios para el olvido. La famosa noche en que Palop recibió el impacto de una botella de whisky y los altercados que se produjeron después y que obligaron a Ayza Gámez a suspender un partido que decidiría un gol de Puerta, el duelo que dejó fuera de la Champions al Sevilla por el goal average particular cuando Maresca le dio un cabezazo a Agüero en Nervión o la mismísima final del Camp Nou, que también tuvo momentos calientes en los que se mezclaban piques antiguos con la tensión de lo que estaba en juego.

Mucho más recientemente, no hay que olvidar el último duelo en el Calderón esta temporada, cuando, al hilo de lo comentado antes de los insultos a Puerta, los jugadores del Sevilla tenían previsto decirle al árbitro que no estaban dispuestos a seguir sobre el campo si desde la grada se insultaba la memoria del compañero fallecido .

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