El estadio temático
El Sánchez-Pizjuán estrena imagen en una reforma con gran protagonismo para su afición. El club extrae letras de sus cánticos para crear un ambiente especial que podría coronarse con una nueva cubierta integral.
Como una estrella de la música que personaliza el escenario de cada concierto, como un gran teatro en el que el decorado es mimado al detalle, el Sevilla interpreta un nuevo concepto de espectáculo con la reforma acometida en su estadio, un Ramón Sánchez-Pizjuán que se había ganado a pulso ponerse guapo, por ejemplo, permaneciendo más de un año invicto en competición oficial, pero, sobre todo, siendo testigo de infinidad de gestas gloriosas que enorgullecen a sus aficionados, en realidad actores principales en este gran teatro.
Por primera vez un club de fútbol centra el atrezzo de su estadio en una afición que es el pulmón de sus éxitos. Mensajes que ya son leyenda, la letra completa del himno de El Arrebato rodeando todo el recinto como un tercer anillo, y el rojo... El rojo y la incorporación del negro, un color que ha cogido fuerza con los títulos desde la idea de recuperarlo en las medias de la equipación el año del centenario.
José Castro presentó como un niño con zapatos nuevos todo lo realizado sobre una construcción antigua -no olvidemos que fue edificada en el final de la década de los 50- y que pedía a gritos una actuación a fondo y no un simple parcheado. "Nuestra casa merecía una reforma integral, de verdad y para los abonados. Tenemos los recursos y era el momento", relataba orgulloso un presidente se sentía por un momento equipararse con aquél que ideó la gran obra que no pudo ver completa.
Lemas de siempre como la "casta y el coraje" que cantaba el himno antiguo, el de Osquiguilea, y lemas de nuevo cuño: "Dicen que nunca se rinde", "Forza Sevilla campeón", "Nervión no regala puntos"... todo para que el aficionado desde su asiento no sienta ganas de otra cosa que no sea de animar. El remozado Sánchez-Pizjuán, de momento con recursos tan simples como la pintura pero con proyectos más ambiciosos como sustituir la visera de Preferencia por una cubierta para todo el recinto, se ha convertido en un estadio temático, un recinto diseñado para la animación. Se estrenará el domingo en la visita del Atlético, pero se apreciarán más cambios tras el parón liguero y será más visible a finales de septiembre, cuando estén colocados los nuevos videomarcadores.
El revestimiento exterior, todavía visible sólo a través de recreaciones gráficas, llega a poner los pelos de punta aun sin esa nueva cubierta de última generación que está en estudio y que sería el colofón a una obra que tendría su final a principios de la temporada 17-18. De momento, muchas cosas. Cosas que se ven y que no se ven. Revestimiento de los cimientos (techos, paredes, escaleras...), ascensores en todas las gradas, nuevos aseos (una de las grandes carencias hasta ahora), una zona habilitada para personas con movilidad reducida bajo los palcos Vips, nuevos banquillos, sustituir el enrejado por el cristal reforzado...
"Éste es el año en el que vamos a invertir en el abonado. E invertir en el abonado es invertir en nuestro estadio. Esta reforma es para nuestros socios, para que disfruten y saquen pecho de su estadio", comentó Castro, protagonista en el recorrido por el coliseo nervionense junto al arquitecto Santiago Balbontín y el director de márketing, Ramón Loarte, quienes ya desean ver su obra como verdaderamente luce, rebosante de aficionados del Sevilla. Ellos -no hay más que empezar a leer mensajes repartidos por gradas y espacios que antes eran para anuncios- van a ser los elegidos en esta especie de parque temático que rinde tributo a una afición que, como el equipo, nunca se rinde. Lo ha demostrado y lo seguirá demostrando.
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