Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
¿Cómo se le dice al mejor portero de la historia del Sevilla que, en la actual planificación de los recortes y la austeridad, no tiene sitio en la plantilla, porque pertenece a un Sevilla glorioso que ya no existe? ¿Y cómo se gestiona que el meta que ha sido titular en la mayoría de partidos de la temporada, con días memorables y también algunos altibajos, debe asumir un rol secundario si quiere seguir? Este asunto, el de la portería, es quizá el más espinoso que debe afrontar la dirección deportiva del Sevilla para comenzar a cimentar el nuevo proyecto, basado en ese paso atrás para tomar impulso que ha anunciado José María del Nido.
Monchi y Míchel, cuyos criterios sobre los problemas de la plantilla han pesado muchísimo en su continuidad, deben tomar una decisión salomónica sobre Palop y Javi Varas, mientras la secretaría técnica se afana en sondear el mercado en busca de un portero de garantías para un proyecto que parte de cero. Moyà es el principal objeto de deseo del Sevilla, según anunció este jueves Radio Marca, pero también hay otro candidato a reforzar la portería de un perfil algo más bajo pero con un rendimiento más que contrastado y, sobre todo, en mejores condiciones para una negociación: Toño. Sobre el primero de ellos el Getafe, donde ha estado cedido por el Valencia con un alto rendimiento, mantiene una opción de compra de unos 2,5 millones de euros. Y el club madrileño ya ha expresado que quiere ejercer su adquisición. El segundo tiene ficha con el recién descendido Racing, club que le debe varios favores al Sevilla, no la decepcionante cesión de Acosta sino el préstamo prácticamente gratuito de Bernardo, que sí ha tenido una positiva continuidad.
Manuel García Quilón, agente de Moyà, y de Alexis, está al tanto de los deseos del Getafe sobre el meta mallorquín: "El Getafe nos ha trasladado verbalmente su deseo de ejercer la opción de compra y no sé si sería viable que el Sevilla pueda hacerse con él", reconoció a este diario. El Valencia, donde Diego Alves y Guaita le impiden la progresión a un meta en plena madurez a sus 28 años, querrá sacar tajada por él, con lo que la operación por Moyà no es sencilla, por mucho que Alexis, cuya cesión en Getafe ha sido satisfactoria para el equipo azulón, pudiera facilitar algo la complicada operación.
Pero, al tiempo que el club sondean el mercado, también debe coger el toro por los cuernos respecto a los dos porteros que se han repartido el protagonismo en el pasado curso, con una irregularidad que ha condicionado su rendimiento y el de la defensa.
Tanto Palop como Javi Varas tienen contrato en vigor. El valenciano firmó hace dos años por tres temporadas, hasta 2013, en un momento en el que sus guadianescas lesiones musculares no se convirtieron en algo cotidiano, como ha sucedido esta temporada. En octubre cumplirá 39 años y su sueldo es de los denominados Champions por Del Nido. Así, el club, en las actuales circunstancias, no puede permitirse estar pagando a un futbolista, por muy legendario que sea, sin que garantice la mínima continuidad competitiva. Y la suplencia no la lleva bien. Esta temporada, Palop llegó a la mágica cifra de 200 partidos en Primera División con el Sevilla, pero apenas participó en 16 citas entre las diferentes competiciones: los dos con el Hannover 96, uno de Copa con el Valencia y 13 de Liga, aunque hay que recordar que Marcelino le dio la titularidad a Javi Varas en la Liga.
El de Pino Montano perdió el rol de titular con la llegada de Míchel, coincidiendo con un proceso vírico. Pero Palop no pudo asirse a la portería, como hubiera deseado, lastrado por sus problemas musculares, en el sóleo y en el aductor, y se perdió citas clave como la del Bernabéu o el derbi, para el que sí estuvo disponible.
El caso de Javi Varas es distinito, pues a sus 29 años necesita y desea continuidad y no estar al pairo de la eterna comparación con Palop y de la preeminencia que Míchel le ha dado a éste, quizá coyunturalmente. Como tampoco querrá dar un paso atrás y volver a ser el suplente. El de Pino Montano, cuyo rendimiento bajó cuando perdió protagonismo y la necesaria confianza, tiene tres años de contrato y ya ha quedado claro que los dos no caben en el nuevo Sevilla. Pero tampoco será fácil buscarles una salida a uno, a otro..., o a ambos.
También te puede interesar
Lo último
9 Comentarios