A la espera del 'efecto Lillo'

El Almería apuesta por el fútbol preciosista del técnico guipuzcoano para olvidar el mal comienzo de la mano de Hugo Sánchez · La ausencia de calidad, gran debilidad

Juan Manuel Lillo, durante un reciente entrenamiento del Almería.
Daniel Lagos / Sevilla

23 de enero 2010 - 05:02

El Almería llega a la cita del Sánchez Pizjuán como un equipo en construcción en el ecuador de la temporada. Su mal inicio liguero terminó con la etapa de Hugo Sánchez en el banquillo y posibilitó la llegada de Juan Manuel Lillo, que ha variado prácticamente todos los elementos construidos en torno al sistema tácticoa anterior.

El técnico guipuzcoano ha llegado con sus ideas de siempre y la pretensión de convertir la mentalidad existente en otra totalmente diferente. Se trata de un cambio radical para el equipo, ya que a las órdenes de Hugo Sánchez el uso del balón largo y el juego directo estaban en las previsiones de cualquier choque, mientras que Lillo pretende instaurar la filosofía del toque desde el inicio. Hay un serio problema: el Almería se construyó en torno a los esquemas del míster mexicano y no abundan los futbolistas de corte creativo, sino más bien aquellos que tiran de casta para sacar adelante los encuentros.

Lillo tiene por delante un duro trabajo, aunque el plantel ya ha comenzado a plasmar sus ideas en el terreno de juego. Cuatro partidos y ningún once repetido es el bagaje desde su llegada, por lo que se antoja previsible que el ex técnico de la Real Sociedad siga buscando su sistema ideal durante algunas semanas más.

SIN BALÓN

El Almería es capaz de tener una organización efectiva cuando el rival toma la posesión del balón. Bernardello se ha convertido en el pivote encargado de frenar al adversario desde el centro del campo, situándose cerca de la línea defensiva y lanzando los contragolpes para buscar la velocidad de los hombres de arriba. La línea de medios que coloca Lillo, sin extremos naturales, posibilita que las ayudas sean más sencillas y el rival tenga más dificultades para encontrar huecos.

La vuelta de Domingo Cisma ha aportado mayor seguridad en el flanco izquierdo, mientras que Míchel y Juanma Ortiz se alternan en el derecho. Con el primero consigue Lillo mayor seguridad, con el segundo mayor profundidad. Los acompañantes de Bernardello en el centro del campo son claves en las labores de destrucción, sobre M'bami, que cuando se encuentra en el campo realiza una importante tarea en el aspecto defensivo.

CON BALÓN

La línea de medios del conjunto almeriense es la mejor baza para crear juego, aunque ninguno de ellos destaca por su aportación creativa. Soriano y Corona ayudan mucho en la destrucción y llegan al ataque, pero resultan poco importantes en la misión de inventar. Quizás José Ortiz sea el hombre más indicado para ello, aunque aún ningún técnico se haya atrevido a tirar de él para suplir la ausencia de actos creativos.

El aspecto anotador también ha bajado enteros esta temporada. La marcha de Kalu Uche a la Copa de África ha dejado un vacío difícil de llenar, aunque Goitom tiene ante sí una buena oportunidad para demostrar que es capaz de aportar al grupo. David Rodríguez no está disputando muchos minutos, mientras que Piatti, normalmente usado como segundo punta, se perderá este duelo por sanción. Crusat, el pequeño y veloz atacante del Almería, será una vez más el encargado de enlazar el centro del campo con la delantera.

LO MEJOR

La nueva mentalidad del equipo favorece a un equipo que ha olvidado el juego directo.

LO PEOR

La carencia de calidad arriba y su mala defensa del balón parado.

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