"Me enorgullece más mi abono 443 que los títulos como jefe de prensa"

Jesus Gómez · Jefe de prensa

Lleva todo el club en la cabeza y sólo Monchi puede decir, como él, que ha vivido todas la finales Su día a día es una lucha entre el corazón y el trabajo.

"Me enorgullece más mi abono 443 que los títulos como jefe de prensa"
"Me enorgullece más mi abono 443 que los títulos como jefe de prensa"
Jesús Alba Sevilla

15 de agosto 2015 - 05:02

Maestro para muchos periodistas de unas cuantas generaciones -para el que suscribe, hace más de dos décadas ya en El Correo de Andalucía-, contagia un sevillismo con el que difícilmente puedan competir, no ya empleados del club, sino consejeros y altos cargos. Imbuido en su teléfono (cambió su inseparable BlackBerry por el iPhone), lleva todo el club en la cabeza, lidia con futbolistas, periodistas y aficionados. Existe la leyenda de que fue un biri en sus tiempos mozos, pero de alguna manera, no ha dejado de serlo. Lo que sí es seguro es que es socio desde 1975, y que es junto a Monchi el único empleado vinculado al primer equipo que ha vivido todos los títulos y absolutamente todas las finales de la era moderna. Sólo Pichón (más popular que nombrar al jefe de utillería, Rafa Becerra) le aguanta el tipo. Ha conocido dos presidentes, siete entrenadores, y puede que más de 500 futbolistas, cada uno de su padre y de su madre.

-Alguien dijo que en el Sevilla una de las cosas que no cambian es el escudo. Pues ha cambiado, pero el jefe de prensa, no. ¿Cuánto tiempo?

-Hemos pasado ya los 13 años en el cargo. Llegué al club en mayo de 2002. Aún recuerdo las palabras del presidente José María del Nido en la rueda de prensa de su toma de posesión. "He fichado a Jesús Gómez como jefe de prensa". Fui, por así decirlo, el primer fichaje de la era Del Nido. Lo conocía a él de mi etapa en El Correo y también a mucha más gente, como el actual presidente, Castro, o al director deportivo, Monchi. A él tendré que agradecerle eternamente que me recomendara cuando Caparrós aconsejó tener un jefe de prensa.

-Cuando tira para atrás y ve a ese chaval entrando por esa puerta de cristales, ¿qué piensa?

-Pienso, sobre todo, en la suerte que he tenido. Me considero un afortunado simplemente por estar donde estoy y si encima he vivido lo que he vivido en la década prodigiosa pues ya me dirá.

-Le hago la pregunta al revés, ¿qué final lo emocionó menos?

-Todas tienen sus matices, sus momentos pero si tuviera que elegir una por el lado menos vibrante diría que fue la de Glasgow, donde curiosamente viví, sin embargo, el mejor prepartido de todas, o como decimos los hinchas, una previa de las buenas en un pub rodeado de los míos. Quien me conozca de cerca sabe de lo que hablo.

-¿Hubiera cambiado alguna final por haber ganado cierto partido en Mallorca?

-En absoluto. Si le digo la verdad jamás creí que podíamos ganar la Liga. Además, quedaba después del de Son Moix un partido más. Lo que hay es lo que tenemos. Ni quito ni pongo rey.

-¿Tiene constancia de que haya alguien en su puesto en un club con más títulos que usted?

-No lo sé, pero lo dudo. En los grandes he conocido ya varios jefes de prensa o directores de comunicación por lo que aunque algún club haya sumado más títulos el cargo en cuestión lo tiene repartido. Aun así, hay una cosa que le digo de corazón. Estoy más orgulloso de tener el abono 443 del Sevilla que de tener todos esos títulos como jefe de prensa. Porque como abonado también los tengo.

-Usted, que sufrió a Maradona de periodista, ¿cómo hubiera tenido que tratarlo para hacerle ver que tenía que pasar por la sala de prensa, y que debe atender tres peticiones de entrevistas?

-Puff. Vaya marroncete. Pero ¿sabe qué le digo? Que he tenido a jugadores en el Sevilla, sólo alguno la verdad, que seguro son peores que Maradona para estos asuntos.

-Florencio y Pepa daban café a los periodistas más madrugadores en la ciudad deportiva, ¿cuántas cafeteras tendrían que poner ahora?

-No crea que muchas. Sí cuando yo empecé en el puesto, porque entonces sí había un alto número de periodistas que asistían a los entrenamientos. Ahora todo ha cambiado: sesiones a puerta cerrada, ruedas de prensa en directo por la radio y la tele del club... Todo ello hace que la asistencia sea casi residual salvo para los fotógrafos y los operadores de cámara.

-Ha notado el cambio en la UEFA cuando lo representa?

-Una barbaridad. Al Sevilla se le recibe en la sede de Nyon como lo que es, un tetracampeon de Europa. He tenido el honor de ir a varios sorteos últimamente y para mí es un orgullo que los altos mandos de la UEFA te saluden efusivamente llamándote por tu nombre. Eso es algo que mi equipo se lo ha ganado a pulso desde el primer día. Y le voy a decir más. No sólo se debe a nuestra condición de equipo ganador, sino a cómo trabaja este club en la organización de partidos. Me consta que nos ponen como ejemplo por nuestra implicación en todo. Desde instalaciones a logística pasando por asuntos de prensa. Nuestro main contact, Jesús Arroyo, sabe perfectamente dirigir a su equipo para que también seamos campeones en los despachos y da gusto ver cómo respondemos con la mitad del personal que tienen mastodontes europeos.

-¿A quién teme más, a un futbolista caprichoso e indócil o a un periodista con preguntas encargadas desde Madrid?

-Sin duda, a lo segundo, entre otras cosas porque a lo primero diría que prácticamente no me he enfrentado. No soporto, y además se me nota, que se venga a Sevilla y al Sevilla a darnos trato de teloneros. Me parece una falta de respeto a la institución y al club. Preguntar a diario por Messi, Cristiano, el Madrid o el Barça cuando tú tienes tus propios temas está en mi humilde opinión fuera de lugar. Entiendo que es lo que le interesa a la mayoría de aficionados del país pero nosotros y los periodistas de mi tierra se deben a los suyos.

-Se ha familiarizado con ellas y es un experto, pero ¿las redes sociales es como estar en todas las barras de bares de Sevilla?

-Internet me parece el invento más maravilloso, pero ha hecho mucho daño al periodismo serio. A mí me enseñaron que las noticias había que contrastarlas mínimamente y desgraciadamente hemos llegado al nivel del todo vale. Un día tuve que llamar a todas las redacciones por unas supuestas declaraciones de un invitado a una tertulia porque se las habían atribuido a él y el que lo había dicho era otro periodista... Es sólo un ejemplo para apuntar que aunque internet nos permita ser los primeros, correr y contar muchas cosas, es bueno contar hasta tres. Y si hablamos ya de aficionados... A los tuiteros les diría que cuenten no hasta tres, sino hasta diez y sobre todo por favor que no falten al respeto a nadie. Que opinen sin faltar.

stats