El enigma N'Zonzi

Único jugador que lleva dos goles en Liga, su físico contrasta con su fútbol

Krychowiak gestualiza ante N'Zonzi en la sesión de ayer.
Krychowiak gestualiza ante N'Zonzi en la sesión de ayer.
Jesús Ollero Sevilla

29 de septiembre 2015 - 05:02

A los que avisaban, con razón, de que Steven N'Zonzi no era un futbolista defensivo les habrá llamado menos la atención que sea el único jugador del Sevilla que ha repetido diana en la Liga. Es, pues, el pichichi del Sevilla, pues si bien Gameiro y Konoplyanka han marcado en las tres competiciones, es el altísimo ex jugador del Stoke City el máximo goleador en el campeonato doméstico.

Seguramente, Emery dio en el clavo tras el partido ante el Rayo cuando, además de asegurar que N'Zonzi iba camino de ser un futbolista espectacular, debía ser "más protagonista". Acostumbrado el sevillista a ver a Mbia, por ejemplo, este cambio hacia N'Zonzi cuesta digerirlo con los malos resultados y ciertos detalles de su juego no están ayudando a que el expectante aficionado proyecte optimismo sobre él, y sí lo haga con Konoplyanka cuando el ucraniano, goles aparte, no ha ofrecido ni de lejos algo de lo que motivó la justificada insistencia en ficharlo. Ya lo hará, sin duda, pero ambos comparten un trote por el campo que defensivamente ofrece poco en un equipo acostumbrado con Krychowiak, Mbia e incluso Iborra a desparramar el cuerpo sobre el rival.

Resulta chocante, como mínimo, que el futbolista más alto de todo el campeonato espere un rechace al borde del área en los córners que el Sevilla lanzó ante el Rayo. Ciento noventa y seis centímetros, siempre con el máximo respeto, deben estar orientados indefectiblemente a buscar un remate directo, y no un rechace por mucho que su golpeo sea extraordinario, pues eso lo comparte con otros compañeros y su estatura es un elemento diferencial. Y el Sevilla, que hace dos años convirtió la estrategia en un filón, ahora mismo suspende a balón parado.

A eso se añade una forma de defender en la que Emery seguro que está haciendo un pormenorizado seguimiento: N'Zonzi vio únicamente dos amarillas el curso pasado en el Stoke y, anécdota de las dos tarjetas de Málaga aparte, parecen bastante razonables sus escasas amonestaciones cuando evita meter el cuerpo (el cuerpazo, habría que decir) y procura tapar posicionalmente en lugar de encimar. Parece cuestión de tiempo que los técnicos pulan esta circunstancia y que ocurra lo que la gente espera: que pase el balón o el rival, pero nunca los dos.

N'Zonzi, desde luego, lee el fútbol de manera privilegiada. Se le nota, lo verán los espectadores y lo sufrirán los rivales, pero de momento le está costando bastante plasmar esa naturalidad para hacerlo todo fácil (que no deja de ser lo más difícil del fútbol profesional) que transmite con sus movimientos. También, por supuesto, los ofensivos, puesto que su capacidad para llegar sin perder la posición quedó perfectamente avisada en sus incorporaciones origen de los goles ante el Levante y el Rayo.

Pero todo eso, dando siempre el margen necesario a un futbolista que apunta una barbaridad, no quita que N'Zonzi, hasta ahora, haya sido puro desconcierto. Un enigma.

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