La dudosa gestión de los defensas
El Sevilla lleva tres inviernos desprendiéndose de algún central con presencia en el equipo. Cáceres fue relevado por Cala, no así éste ni tampoco Spahic.
La salida de Cala responde a la lógica de los hechos. El central lebrijano, después de 11 años en el club, estaba abocado a salir en junio, debido a que no contaba con la suficiente confianza como para haber recibido una oferta de renovación más o menos ecuánime con su rendimiento. Por ello, es normal que en Nervión accedieran a su traspaso al Cardiff a mitad de curso y sin margen para la reacción en busca de un relevo. Además, Cala se va dejando un pellizquito con el que nadie contaba (350.000 euros), pues desde el 1 de enero era agente libre. Sin embargo, su salida coincide con una nueva derrota de un equipo que sigue encajando muchos goles y eso invita a la reflexión.
La gestión que viene realizando la dirección deportiva, el club en general, con los defensas deja sus dudas cuando llega el invierno. Si bien poco sitio para el reproche queda tras la planificación que ha realizado este verano Monchi, con 13 futbolistas nuevos, y 12 de ellos aún a las órdenes de Emery, la defensa tiembla de frío por enero. Tres años lleva el Sevilla desprendiéndose de algún central con protagonismo en el equipo. Porque Cala, aunque perdió el sitio tras las paulatinas recuperaciones de los únicos tres centrales específicos que quedan en la plantilla, Fazio, Carriço y Pareja, era el que más partidos había jugado hasta su marcha el sábado a Cardiff: 19 (9 de Liga, con un gol al Villarreal, 2 de Copa y 8 de Liga Europa). En Málaga, Fazio igualó esa cifra de 19 partidos, Pareja llegó a los 17 y Carriço acumula 15. Los tres llevan más partidos de Liga que Cala, 13 por 9, eso sí. El lebrijano era el futbolista que menos protagonismo tenía en la Liga..., pero el que más jugaba en una Liga Europa que se reinicia este mes de febrero y que el Sevilla deberá afrontar con sólo tres centrales específicos.
No es la primera vez que el entrenador del Sevilla se queda sin uno de los futbolistas con los que contaba para las rotaciones defensivas. El 24 de enero de 2012, el club dio luz verde a la cesión con opción de compra de Martín Cáceres a la Juventus, que pagaría al final de curso unos 9 millones de euros por el uruguayo, que había jugado hasta ese momento 18 partidos (1 gol), 14 de Liga y 4 de Copa. Entonces, Monchi sí tuvo margen de maniobra y mandó repescar a Cala, que estaba cedido en el AEK de Atenas. Fue otro cambio de piezas lógico, por el elevado montante que el club ingresó, pero el Sevilla buscó un relevo poco acorde con la importancia del futbolista vendido, teniendo en cuenta las escasa confianza de los técnicos en Cala, que había sido cedido anteriormente al Cartagena.
El año pasado tampoco hubo relevo de otro futbolista que era titular indiscutible en el eje de la zaga y que, pese a sus salidas de tono, como aquel rifirrafe con Medel, y sus absurdas tarjetas, era el mejor recuperador de la Liga: Emir Spahic. El bosnio fue cedido el 26 de febrero de 2013 al Anzhi, cuando había jugado como titular 22 de las 24 jornadas ligueras. Emery hubo de reubicar a Fernando Navarro como central, lo que permitió el ascenso de Alberto Moreno. Ahora tampoco hay relevo y a La Rosaleda viajó Luismi, un medio centro. Israel Puerto hace tiempo que dejó de contar con la confianza de los técnicos. Las dudas sobre la gestión están ahí, sobre todo porque el Sevilla sigue siendo un equipo que encaja una barbaridad de goles y no encuentra la necesaria continuidad en una línea tan fundamental como es la defensa.
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