Muy distinto a lo que se ve desde fuera

Betis-alcorcón · la previa

El Betis, el mejor en casa pero con bajas de peso, varios hombres tocados y la resaca copera, recibe al Alcorcón, el único que no ha ganado fuera · 4-4-2 con extremos, con Beñat casi imposible y Nacho y Salva Sevilla, entre algodones

Jonathan Pereira pugna con Rodri durante el entrenamiento.
Jonathan Pereira pugna con Rodri durante el entrenamiento.
Javier Mérida / Sevilla

15 de enero 2011 - 05:02

Si el lector se limita simplemente a mirar las distintas clasificaciones a la hora de hacer su quiniela sobre este Betis-Alcorcón, el uno fijo lo verá asegurado en la casilla 10 del boleto de esta semana. Se enfrentan el mejor equipo en casa, el verdiblanco, que sólo ha cedido un empate frente al Barcelona B, con el peor a domicilio, el Alcorcón, el único que aún no conoce la victoria y que sólo ha sido capaz de arañar dos empates lejos de Santo Domingo, en Albacete y Salamanca, en nueve partidos.

Claro que estos datos que apenas admiten un tamizado por su propia objetividad, sí deben ser complementados por otros coyunturales que obligan a ver que la distancia que pueda haber hoy entre los contendientes sobre el césped de Heliópolis seguramente no sea tan abismal como la que muestran las tablas numéricas.

Y eso será así, sobre todo, por lo concerniente al Betis, ya que el Alcorcón llegó ayer prácticamente con todo y no ha sufrido avatares que hagan pensar que es mejor o peor equipo que hace un mes.

Empero, el de Pepe Mel no goza ahora mismo del potencial que lo ha llevado a exhibir esos números que constituyen un récord histórico en la categoría. Porque el Betis asoma a este partido feo (trampa es cuando no se espera) con cinco bajas de mucho peso en su once titular. Miguel Lopes, Dorado y Emana eran indiscutibles hasta que se lesionaron, al igual que Beñat, quien tiene prácticamente imposible entrar hoy en la convocatoria. Iriney vio en Huesca su tarjeta de cada día y, al ser la décima, descansará obligatoriamente esta tarde. Cinco hombres, cinco, medio equipo y tres de ellos, Dorado, Iriney y Emana, componentes de la columna vertebral del entramado.

Sólo esta circunstancia iguala mucho la distancia existente entre los rivales, pero es que además hombres como Nacho y Salva Sevilla registraban ayer aún molestias acumuladas de los últimos partidos. Es la consecuencia de la resaca copera, que ha atiborrado de fatiga las piernas de los verdiblancos. Súmenle la obligación de cambiar el registro tras jugar en el Camp Nou, de ver enfrente a Quini en lugar de a Messi, y colegirán que este Betis no es tan favorito como pueda parecerlo frente al conjunto de Juan Antonio Anquela.

Mel lo tiene así de claro y por eso ha dedicado los escasos entrenamientos de que ha dispuesto a recuperar a su gente, muy agotada por los esfuerzos. La grada de Heliópolis se antoja más necesaria que nunca para otorgarle a su equipo esa quinta marcha que destroza a los rivales, sobre todo en los inicios de cada tiempo, que se antojan hoy trascendentales.

La otra baza verdiblanca ante tanta adversidad reside en las ganas de reivindicarse que podría tener gente como Arzu, que probablemente volverá a su originaria posición como centrocampista, o Ezequiel, quien podría gozar de una nueva oportunidad como titular tras ser descartado de la convocatoria en Barcelona. Mel apostará por un 4-4-2 con extremos y el melillense se juega los dos puestos junto con Juanma e Israel.

Con todo, la presencia de Rubén Castro y Jorge Molina en perfecto estado de revista es la mejor garantía verdiblanca frente a un Alcorcón que suele jugar agazapado y en función del rival cada vez que sale fuera de su territorio. Su peligro es que si lo dejan hacer dispone de futbolistas como Rubén Sanz, Borja o Quini con calidad para definir, a diferencia de, por ejemplo, el Nàstic, al que el Betis derrotó con la ley del mínimo esfuerzo. Esta tarde, a una hora que para nada le gusta a Mel, seguro que el Betis deberá esforzarse a tope para que ocurra lo que muchos piensan a la ligera: una nueva victoria en casa.

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