La distancia entre el deseo y la realidad

Los distintos compromisos económicos a los que debe hacer frente a corto plazo el Sevilla están condicionando de forma determinante la planificación del equipo. En la dirección deportiva entienden que la plantilla necesita algún retoque para terminar de perfilarla con el fin de que Míchel tenga los mimbres suficientes para iniciar la obligada remontada en busca de los puestos más cálidos de la clasificación. El decimocuarto puesto y los 19 puntos con los que cerró el Sevilla el aciago año 2012 están muy lejos de lo esperado y hay una evidente preocupación por la respuesta que pueda tener esta misma plantilla en el inminente 2013. Sin embargo, ante la ausencia de ofertas y la escasez económica, la realidad es que la tarea de Monchi se hace más difícil que nunca en este mercado invernal.

El club busca fórmulas para encontrar algún refuerzo que no implique un desembolso. De momento, no ha hallado esa fórmula que ya intentó en el mercado estival al solicitar al Barcelona, con el que llegó a cerrar un acuerdo verbal, la cesión de Jonathan dos Santos, pero la negativa del mediocampista a dejar el Camp Nou impidió que se concluyese la operación. Sólo la salida de un peso pesado a través de un traspaso importante podría dar viabilidad a la llegada de un refuerzo en propiedad. Pero resulta que, pese a que en Nervión están deseosos de que llegue alguna oferta para tener la oportunidad al menos de valorarla para aceptarla o desecharla, no hay más que rumores, simples bulos típicos de las fechas en las que se abren las ventanas de transferencias.

Por ejemplo, en el caso de Negredo ya ha quedado claro que de momento el Chelsea no ha dicho esta boca es mía para expresar ni siquiera un interés en el futbolista. En el caso de que el club londinense, u otro que pueda acometer una operación de tal envergadura, llamase a las puertas de José María del Nido con una oferta en la mano éste podría atenderla en caso de estar "fuera de mercado". La falta de liquidez es patente y el anunciado acuerdo con la Agencia Tributaria para fraccionar una importante deuda pendiente con Hacienda obliga a cumplimentar el primero de ellos de forma inmediata, por lo que el club requiere un traspaso de enjundia.

De producirse esta gran venta, entonces sí estaría obligada la dirección deportiva a invertir en el mercado con el montante que se emplee en los distintos pagos pendientes, ya sea a Hacienda o a las fracciones de las fichas aplazadas de los jugadores.

Otro fubolista objeto de rumores es Reyes. Su agente niega que algún club haya preguntado por él y remite a las típicas informaciones que aparecen en las fechas de transferencias. Es más, Mariano Aguilar lamenta que un intermediario extranjero esté actuando en nombre del futbolista sin su permiso ofreciéndolo a clubes turcos. Como sucede con Negredo, la realidad es que no hay ofertas reales por Reyes, un futbolista que un año después de su esperanzador regreso a Nervión no termina de cuajar. El jugador, ajeno a tales rumores, está centrado en demostrar su compromiso con el Sevilla, deseoso de romper de una vez y dejar atrás tanta irregularidad en su rendimiento, un hecho que ha ido parejo a la trayectoria del equipo.

Ante tal estado de cosas, el club se mantiene a la expectativa de posibles ofertas y, entretanto, busca alguna forma de reforzar al equipo, sin asomarse siquiera a los desembolsos realizados en los dos inviernos precedentes, con las llegadas de Rakitic y Medel, primero, y Reyes y Babá, después.