Sin disparar a puerta ni desde los once metros

Ni desde el punto de penalti. El Betis, en un partido anodino más de los muchos que ha disputado esta temporada, demostró que su falta de gol es un mal endémico y, además, que afecta ya a su hombre más acertado, Rubén Castro, quien desperdició la ocasión más clara, al menos, de disparar a puerta. Sí, 90 minutos se pasó el Betis, con el Sevilla mucho tiempo agazapado gracias a la ventaja adquirida, sin probar a un futuro internacional como Sergio Rico.

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Besó el borde del área en numerosas ocasiones, más incluso que en el derbi liguero o en su último partido casero frente al Eibar, pero su juego de ataque se significó por un perenne enredo que lo condenó.

Por contra, en dos errores defensivos cobró dos goles que suponen, prácticamente, su adiós a la Copa del Rey, circunstancia que no debe preocupar más de la cuenta a Pepe Mel, quien, con razones fundadas, pensó en el partido de Getafe al confeccionar la alineación y dejar fuera a hombres de la jerarquía de Dani Ceballos, Joaquín y Rubén Castro. Se guardaba, encima, el madrileño la opción de mejorar el equipo con las sustituciones. Pero entraron los tres y ninguno es que aportara nada del otro jueves.

DEFENSA

Una vez más, la pareja de centrales se caracterizó por su falta de contundencia. Pezzella demostró una indolencia impropia de quien juega en esa posición en las jugadas de los dos goles y Jordi también anduvo más mirón de la cuenta en la del segundo.

Con todo, se dio un aspecto táctico que desequilibró en cierta medida al Betis, como fue la especial vigilancia de Petros sobre Banega, quien arrastró al brasileño para hallarle los huecos a Krohn-Dehli. El danés aprovechó las bondades de N'Diaye, Piccini, el citado Pezzella y hasta Dani Giménez para hacer el primer tanto. En el segundo, el fallo en cadena comenzó por el portero.

ATAQUE

A trompicones y con las líneas cada vez más separadas porque atacaba pero sin que la defensa diese un paso adelante, el fútbol del Betis murió casi siempre en el borde del área. Huérfano de bandas y de desborde, el Sevilla no hubo de afanarse en exceso para contener a un equipo de ritmo lento y excesivamente previsible.

VIRTUDES

El tibio empuje final.

TALÓN DE AQUILES

La escasa calidad de los futbolistas. Sin Adán y con Rubén Castro en plan fallón...

UNO POR UNO

Dani Giménez Puede hacer más en los dos goles. En el primero, el balón le roza incluso y en el segundo debió salir a despejar.

Piccini Debió estar más atento a Krohn-Dehli, el único que lo exigió algo.

Pezzella Se gusta con el balón. Quizá fue eso lo que le vieron. Blandito hasta desesperar.

Jordi No es central de Primera División.

Varela Al menos, no falla como sus compañeros y va de verdad. Lento.

N'Diaye Con ganas. Estuvo en todas y acabó expulsado.

Digard Frío como un témpano. No hace casi nada mal, pero realiza bien muy pocas cosas. En esa posición hay que ser más estridente.

Petros Sacrificado en pos de Banega, en cuanto vio una tarjeta ya no tenía sentido que siguiera jugando.

Jorge Molina Bien en la primera mitad, desahogando y con gran visión de juego. Luego se difuminó.

Portillo Se ofreció y trató de hilvanar juego, pero se vio muy solo. Tuvo una ocasión clara y pasó el balón en vez de disparar a puerta.

Van Wolfswinkel Se ofreció poquísimo. Mal sin el balón, que además casi ni tocó.

Joaquín Enredadísimo con la pelota. No le salió ningún regate ni dio un pase medio en condiciones. No estuvo bien ni a balón parado.

Dani Ceballos Muy solo en las diagonales que inició.

Rubén Castro No debió lanzar el penalti. No es un especialista y no está centrado por lo que sea desde hace un mes.