Una dinámica engañosa
sevilla - levante
Con Rubi el colista se ha convertido en un equipo más combativo de lo que parece De las últimas 4 jornadas ganó 2 y peleó en el Calderón y Balaídos.
Con la losa de ser el colista y de haber ganado sólo cuatro partidos de Liga, el Levante se presenta en el Sánchez-Pizjuán sin mucho que perder y sin dejar de ser una amenaza. No en vano, de esas cuatro victorias, dos han sido en las últimas cinco jornadas, entre las que también está una derrota en el Vicente Calderón por la mínima y dejando una imagen muy combativa.
Con Rubi, un técnico con el que el Girona completó la mejor temporada de su historia en 2012, con una fase ascenso que abortó el Almería y que en el Valladolid también dejó una buena imagen, el equipo granota ha obtenido, más que resultados, sensaciones. Aunque se ha reforzado, tiene, es verdad, una de las plantillas más limitadas de Primera División, y trata de apurar sus opciones para mantener la categoría sin distanciarse aún mucho de la zona que marca la salvación, que tiene sólo a dos puntos de momento.
SIN BALÓN
De manera similar a como lo hacía con Lucas Alcaraz, pero no igual, el Levante espera ordenado el ataque estático del rival. Intensifica su presión en la banda y tira la primera línea de salida hacia el rival cerca de la línea del centro del campo. Según el enemigo y juegue fuera o dentro, la retrocede o la saca unos metros. En el sistema defensivo, con trabajo y cierre de líneas de pase de los hombres de arriba, el depliegue físico de Jefferson Lerma se antoja fundamental. Con Verza y Camarasa o José Mari cubriéndole las espaldas, la defensa de cuatro se abre para que los medios centros se incrusten creando una línea más amplia y evite excesivas basculaciones.
Es difícil pillar a los laterales -casi siempre en fase defensiva- fuera de sitio, mientras que los centrales sí pueden tener algún problema a sus espaldas.
CON BALÓN
En salida desde atrás abre los centrales y adelanta a los hombres de banda de forma parecida a como lo hace el Sevilla, pero sus laterales no son tan profundos. Tampoco suele venir un pivote a recibir tan atrás y no desdeña el pase largo en juego directo y segunda jugada. Apela al fútbol de transiciones, sobre todo intentando robar arriba (tras pérdida), para lo que Lerma es un hombre a vigilar. Morales, por la izquierda, es de los pocos capaces de aguantar un poquito la posesión de balón y darle más aire al equipo. Arriba, sin duda, hoy va a echar de menos a su goleador, Deyverson, expulsado ante Las Palmas la última jornada. Mientras Rossi, que ya debutó, coge ritmo, el griego Ghilas es otra referencia.
LO MEJOR
La mejoría que parece evidenciar en las últimas jornadas. Para un equipo que parecía hundido, conseguir dos victorias (sus dos últimas comparecencias en su estadio) y alternarlas con dos citas en dos campos difíciles en las que dio la cara, en Balaídos (4-3) y en el Calderón (1-0), hacen que sus jugadores se vengan arriba. El Levante es un equipo agresivo que llega con la idea de plantar cara al Sevilla como lo hizo a Atlético y Celta, ante el que exhibió raza y poder de reacción, pues apretó un 3-0 en un 3-2 en cinco minutos.
LO PEOR
La plantilla es bastante limitada y eso acaba pasando factura.
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