El día que Juande venció a Álvarez

Los guiños que ofrecen el fútbol y el destino. Antonio Álvarez, en 14 años casi continuados como segundo técnico, sólo tuvo una ocasión de dirigir como entrenador al equipo de sus amores. Fue de manera accidental, un hecho aislado que tiene el carácter de mera anécdota, pero que queda inmortalizado en la historia del club. Y resulta llamativo que una vez que sustituyó al primer entrenador, entonces Juan Carlos Álvarez, fue para enfrentarse en el otro banquillo al técnico con el que seis años después compartiría una época gloriosa en la historia del Sevilla con cinco títulos alzados, Juande Ramos.

Fue en la última jornada de la campaña 99-00, el viernes 19 de mayo. El equipo sevillista se medía al Rayo Vallecano y el entrenador del cuadro madrileño era el antecesor de Jiménez en Nervión. Ganó aquella vez la partida el manchego, que se impuso 2-3 en un partido que se jugó en Almendralejo, con el Sevilla ya descendido, porque el Sánchez-Pizjuán estaba clausurado en una temporada en la que el club de Nervión fue duramente tratado por los árbitros y por los comités. El estadio fue sancionado con dos partidos de cierre por los altercados de aquel Sevilla-Deportivo con Mejuto de árbitro.

Aquel curso, nefasto en resultados pero con un fútbol que enamoraba, Álvarez empezó como segundo de Marcos Alonso y terminó ayudando a Juan Carlos Álvarez, quien, con permiso del club, acudió aquel día a un compromiso familiar. El descenso estaba consumado y el asturiano no quería faltar en un día importante para su hija.

Fue un 2-3 que se abrió bien pronto, antes de que se cumpliera el primer minuto. Marcaron Canabal (1'), Jesuli (13'), Bolo (37'), Juric (65') y Hernández (66'). Formaron por el Sevilla: Olsen; Héctor, Prieto, Germán, Tabaré; Francisco (Víctor, 21'), Juric, Loren, Jesuli, Otero y Zalayeta (Marco, 46'). Unos 1.700 sevillistas se desplazaron al estadio del Extremadura, donde se despidió oficialmente aquel día del arbitraje Díaz Vega.

Monchi, curiosamente, recién estrenaba su faceta de secretario técnico. "Dos jornadas antes, ante el Oviedo en casa, fue mi último partido como delegado. La semana siguiente estaba viendo el Levante-Atlético B. Fui para ver a Casquero y a Dica y me gustó un chavalito rubio del Levante que se llamaba Vicente. Pregunté y me dijeron que lo había comprado el Valencia por 800 millones de pesetas. El Levante jugaba con Ettien, Sales, Vicente y Salillas en punta". Que le recuerden estas cosas le apasiona al director general deportivo, que mientras Antonio Álvarez dirigía al Sevilla espiaba al Salamanca, donde militaban los defensas Loren y César, dos de los primeros fichajes de Monchi.

Álvarez, concentrado ante su primera gran cita, la de hoy, tuvo tiempo para mirar diez años atrás con nostalgia: "Fue una experiencia rara, porque el equipo ya estaba descendido, encima jugábamos como locales en Almendralejo y la casualidad es que enfrente estaba Juande, con el que luego viví esa etapa tan bonita y llena de éxitos. Aquello fue anecdótico. Lo de mañana será muy distinto", aseguraba ayer en el hotel Villarreal Palace, poco antes de su verdadero estreno.