La defensa imperfecta

El entrenador sevillista, Unai Emery, inició el partido ante el Málaga con el mismo planteamiento defensivo que usó en la Supercopa: la pareja de zagueros Ramí - Krychowiak. El polaco tiene muchas virtudes cuando juega por delante de la defensa pero cuando le toca jugar de defensa central, se le notan las carencias. Incluso el equipo retrasa sus líneas y defiende metido en el área del portero Beto.

En el primer tiempo, el Málaga se ha aprovechado de los huecos que ha dejado Krychowiak y ha entrado casi siempre por el costado izquierdo, con un Tremoulinas que no está en su mejor momento de forma.

El Sevilla perdió en todo momento la fuerza y el balón en medio del campo por la falta de su activo más importante a la hora de recuperar balones. Krychowiak, que siempre va un segundo por delante del contrario cuando juega en su sitio, se veía muy perdido a la hora de hacer las coberturas y de adelantarse a los atacantes del conjunto de la Costa del Sol.

La segunda parte comenzó igual que la primera, pero en el minuto 68 de partido, el encuentro dio un giro que no estaba previsto en el guión. La expulsión de N-Zonzi por segunda amarilla, obligó al técnico vasco a actuar en la medular. La solución fue la misma que en el encuentro ante el Barcelona: Krychowiak pasa al centro del campo y Coke ocupa su puesto. Mariano Ferreira, que entró por Banega, jugó de lateral derecho los últimos minutos.

Con estos cambios y a pesar de jugar con uno menos, el Sevilla vio reforzado su centro del campo y el Málaga no era capaz de enarbolar jugadas que desembocaran en el área de Beto.

Si Unai quiere que el Sevilla mantenga su solidez defensiva tiene que dejar jugar a Krychowiak en su sitio. Si no hay nadie que pueda hacer las tareas de central, el club tiene dos semanas para poder conseguir uno.