La curiosa recta final del doctor Bilardo

La tormentosa relación entre Maradona y el manager de Argentina se traslada a los medios. De ganar el Mundial, el 'Diez' prometió dar la vuelta desnudo al Obelisco de Buenos Aires; Bilardo sube la apuesta y se presta a tener sexo con el autor del gol del triunfo.

La curiosa recta final del doctor Bilardo
La curiosa recta final del doctor Bilardo
Cecilia Caminos (Dpa)

07 de junio 2010 - 18:01

El manager de la selección argentina, Carlos Bilardo, vive el Mundial de Sudáfrica 2010 en una situación más que particular, en un claro tercer plano detrás del técnico Diego Maradona pero con explosivas declaraciones y una vinculación con barras bravas que lo devuelven a los titulares de los medios.

Maradona prometió dar la vuelta desnudo alrededor del tradicional Obelisco porteño si ganaba la Copa en Sudáfrica. Bilardo no se quiso quedar atrás y lanzó: "Si salimos campeones, que me haga la colita (penetración anal) el que haga el gol del triunfo".

Pocos días antes ya había quedado en el centro de la polémica luego que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, lo vinculó directamente con los barrasbravas que viajaron en el mismo avión que la selección albiceleste a Sudáfrica.

Pero Bilardo sigue adelante. El técnico campeón del mundo en México '86 y subcampeón en Italia '90 entró en la recta final de cara al Mundial siempre un paso detrás de Maradona, con un papel de reparto que le cuesta mantener.

La relación entre ambos siempre fue conflictiva, ya desde 1986, y se agravó en el paso de ambos por el Sevilla. Y para una persona fiel a las cábalas como Bilardo, la situación no debería cambiar ahora si ambos aspiran a ganar en Sudáfrica 2010.

"A Bilardo lo pusieron por si yo fallaba", admitió el Diez ya desde su nuevo cargo de entrenador de la selección albiceleste, mientras el doctor, médico ginecólogo, se presentó como garantía de experiencia: "Si Diego me pregunta, yo contesto".

Las pocas veces que el Narigón emitió opinión públicamente sobre jugadores o cuestiones de fútbol, generó problemas con el Diez. "Bilardo a mí no me sugirió nada, pero si se lo sugirió a (el asistente) Lemme es otro problema que vamos a hablar. Pero parece que en Bilardo el técnico sobrepasa al manager".

En los entrenamientos en Pretoria se le ve poco, lejos de los jugadores, mientras Maradona se instala en el centro del campo de juego dando indicaciones. Bilardo, con su típica postura con las manos detrás de la espalda, observa. Pero la conflictiva situación que protagonizan no es gratuita para nadie. El propio Bilardo admitió que "los conflictos afectan a los jugadores".

Y más allá de las polémicas que generen sus declaraciones sobre qué haría si Argentina gana este Mundial, o sus recomendaciones sexuales a los jugadores, como por ejemplo adoptar una posición pasiva, en el trasfondo está su estrecha relación con barrasbravas (hinchas violentos) que ya se instalaron Pretoria.

El influyente jefe del fútbol argentino, número dos de la FIFA, apuntó directamente a Bilardo y Maradona. "Las relaciones de ellos con Maradona y Bilardo son de hace 30 años. Esta historia no nace (en el partido de eliminatorias) contra Venezuela, nace en el 86. Desde ahí se viene dando esta situación. Es tan difícil de parar que hasta los gobiernos no pueden sacarles los pasaportes", señaló Julio Grondona, quien contrató a ambos para esta nueva etapa de la selección albiceleste.

El problema de los hinchas violentos escaló en las últimas horas, con la deportación de diez barrasbravas a Buenos Aires y la inminente llegada de muchos más a Sudáfrica.

Mientras tanto, la relación forzada entre Maradona y Bilardo, signada por los celos y las contradicciones, sigue adelante cuando se acerca el ansiado debut mundialista el sábado 12 de junio ante Nigeria.

La suerte de Argentina está atada a ambos, además de a las estrellas de la selección. Un fracaso en Sudáfrica será endilgado a Maradona. Pero si Argentina hace un buen Mundial, y ni hablar en el caso de conseguir el tricampeonato, entonces el Diez quizás deba compartir el éxito con Bilardo, tal como en ese sorprendente y emocionado abrazo que los unió al conseguir la clasificación en Montevideo.

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