España tiene fútbol y carácter, menuda combinación (4-1)
España-Georgia | La crónica
La selección española supera la dificultad de un autogol en contra de Le Normand y se exhibe en una segunda mitad en la que debió conseguir aún más goles
El próximo rival será Alemania el próximo viernes a las seis de la tarde
Los nombres propios del España-Georgia
Así le hemos contado el España-Georgia
España, la mejor selección de la Eurocopa hasta el momento, jugará los cuartos de final del certamen continental. Se enfrentará al anfitrión, Alemania, el próximo viernes a partir de las seis de la tarde y lo hará después de superar un nuevo examen, el de tener que reaccionar ante la ventaja de Georgia, para remontar con rotundidad en una segunda mitad que pudo concluir con un marcador parecido a aquel 1-7 de Tiflis. Se quedó en un contundente, también, 4-1, pero tampoco era cuestión de hacer más sangre.
Bastaba con eso, con demostrar que incluso en los momentos complicados hay carácter en esta selección nacional que tantas ilusiones provoca en el verano de 2024. Es un conjunto de excelentes futbolistas que rara vez alteran el plan de juego que tienen trazado. No lo hicieron siquiera cuando se encontraron por debajo en el marcador después de un autogol de Le Normand en el primer tramo del litigio. No había motivo para los nervios, aunque aparecieron durante un ratito, esta España es tan superior a sus contrincantes que finalmente los golea gracias a su buen juego, su velocidad y también al acoso continuo para evidenciar la calidad de casi todos los hombres de arriba. Hasta 36 disparos a puerta produjeron, 13 de ellos entre los tres palos de Mamardashvili.
No iba a ser un partido fácil, ni muchísimo menos. Quien lo pensara así también tenía cierto punto de iluso, dicho sea de paso. España arrancó con un juego muy convincente con circulaciones rápidas para llevar el esférico hasta las dos bandas y desde ahí buscar las dos opciones posibles: balones aéreos o pases hacia atrás, con múltiples disparos desde el borde del área. La pelota siempre estaba cerca de Mamardashvili y éste se veía obligado a intervenir con profusión.
Ficha técnica
4 España: Unai Simón; Carvajal (Jesús Navas, 81’), Le Normand, Laporte, Cucurella (Grimaldo, 67’); Fabián (Mikel Merino, 81’), Rodri, Lamine Yamal, Pedri (Dani Olmo, 52’), Nico Williams; y Morata (Oyarzabal, 67’).
1 Georgia: Mamardashvili; Kakabadze, Gvelesiani (Kvekveskiri, 79’), Kashia, Lochoshvili (Tsitaishvili, 63’), Dvali; Chakvetadze (Davitashvili, 63’), Kiteishvili (Altunashvili, 41’), Kochorashvili; Mikautadze (Zivzivadze, 79’) y Kvaratskhelia.
Goles: 0-1 (18’) Le Normand se marca en su portería un centro de Kakabadze. 1-1 (39’) Rodri tira con la izquierda desde el borde del área tras un pase atrás de Nico Williams. 2-1 (51’) Fabián remata de cabeza un gran centro de Lamine Yamal. 3-1 (75’) Nico Williams sale desde su campo tras un gran pase de Fabián y tras driblar a Gvelesiani y marca un gran gol con la derecha. 4-1 (84’) Dani Olmo le da un pase a la red con la izquierda tras un extraordinario control para driblar.
Árbitro: François Letexier (francés). Amonestó a Morata (44’) y Davitashvili (71’).
Incidencias: Partido de los octavos de final de la Eurocopa 2024 disputado en el Rhein Energie Stadion de Colonia ante 42.233 espectadores
Un ataque contra una infinidad de piernas
Tampoco eran oportunidades diáfanas, unos contra uno, entre otras cosas porque en ese arranque, con las piernas fresquitas, eso era imposible teniendo en cuenta la cantidad de piernas que habitaban en el área georgiana. No menos de seis futbolistas de campo, además del eficaz guardameta por supuesto. Pero la selección atacaba sin cesar y lo hacía con un ramillete de caminos abiertos para que nada fuera previsible.
El problema, sin embargo, estaba en encajar en alguna de las contras que tendrían Kvaratskhelia o Minkautadze. Ni siquiera iba a hacer falta que ellos fueron los protagonistas. Prácticamente en la primera salida con el balón en su poder de Georgia la pelota acababa dentro de las redes defendidas por Unai Simón. ¿La razón? Un pésimo despeje de Le Normand hacia su propia portería que sorprendía tanto a su portero como al resto de los presentes en el Rhein Energie de Colonia, incluidos los propios futbolistas georgianos por supuesto.
España había hecho, pues, lo peor que figuraba en el guión previo dentro de las circunstancias negativas. Ponerse por debajo en el marcador y, además, hacerlo con una acción concedida por ella misma. Lo bueno era que se producía ese hecho muy pronto, en el minuto 18, y tampoco era cuestión de variar mucho el discurrir de los acontecimientos. Bastaba con seguir igual en lo referente al juego para acabar de horadar la muralla del adversario.
Nervios y presión superadas
Pero no fue así. España, lógicamente por los nervios y la presión, se convirtió en un equipo demasiado precipitado, algo a lo que contribuyó también la lluvia para que el césped se pusiera excesivamente resbaladizo. Una mala señal era que hombres tan seguros con el balón como Rodri y Fabián comenzaran a perder la pelota con tanta facilidad. No fueron buenos minutos para el equipo de De la Fuente, incluso Rodri tuvo que pegar un chillido a sus compañeros para que volvieran a ser pacientes, para que no optaran por acciones evidentemente precipitadas.
Sus colegas le hicieron caso al jefe. Fruto de ello, Cucurella obligó a Mamardashvili a dos buenas paradas (35' y 38') y justo después de la segunda llegaría el empate. Un balón que circula hacia Nico Williams y éste, en lugar de rifarlo con un centro al área, lo devuelve al medio para Rodri, quien se lo orienta y tiene todo el tiempo del mundo para golpear con la izquierda con una gran precisión a un sitio al que ni el guardameta del Valencia podía llegar. Imposible, uno a uno y las cosas comienzan a pintar mejor para la selección española.
Trance superado
La selección había superado un trance complicado y restaba todavía un tiempo entero por delante para aniquilar al rival, en este caso una Georgia que tuvo que bajar el brazo en el pulso que estaba manteniendo. Era tal la superioridad, también para el cronista, que bastaba con esperar a que llegaran los minutos de los goles para consignarlos en la ficha técnica. El dos a uno lo hizo justo después de una excelente parada de Mamardashvili a una falta directa de Lamine Yamal (51'). En ese mismo minuto llegaría un centro del extremo del Barcelona desde la banda para que Fabián entrara en solitario y cabeceara el tanto que ya era el definitivo.
Porque Georgia entendió ahí que era imposible, que no tenía nada que hacer. Recibió dos goles más por parte de Nico Williams, con calidad en la arrancada, el regate y el golpeo, y de Dani Olmo, en un excelente pase a la red desde el borde del área.
Fueron los que subieron al marcador, pero debieron ser algunos más. Lamine Yamal se lo mereció particularmente, pues aprovechaba que España es aún mejor con un falso delantero centro y no paraban de llegar opciones de volver a batir al siempre seguro Mamardashvili. Daba igual, un cuatro a uno es una excelente carta de presentación para unos cuartos de final y más aún si llega después de remontar el gol inicial. España tiene fútbol y carácter, menuda combinación, hay motivos más que de sobra para poder soñar en Eurocopa.
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