Otra crisis que fortalece de nuevo a Castro

Al igual que con el cisma de Sevillistas de Nervión, el presidente mostró firmeza en un delicado momento

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
E. Florido Sevilla

06 de junio 2016 - 05:02

Usando un símil tenístico, José Castro ha vuelto a salvar un match ball gracias a una firmeza que pocos podrían esperar cuando accedió al cargo en la temporada 13-14. Entonces, el sucesor de José María del Nido, primero de forma interina y luego definitiva, dijo en público que iba a tener "pulso firme". Y no ha faltado a su palabra. El rector utrerano remató en Logroño, presenciando la victoria del Sevilla Atlético, una semana complicadísima, condicionado además por la intervención quirúrgica de su hija en pleno terremoto por la voluntad expresada por Monchi de dejar su cargo. Afortundamente, el presidente blanquirrojo sacó ese pulso firme para remitirse al contrato y el director deportivo reconoció su error, por la forma y el momento, e incluso le pidió disculpas a su presidente.

La dureza del comunicado con el que el Sevilla anunció que Monchi seguiría en el cargo, al remitirse directamente al cumplimiento de su contrato, tiene la firma de Castro, a quien no le tiembla el pulso para defender al Sevilla. Desde la misma clínica donde fue operada su hija dio la orden de remitirse al contrato a José María Cruz y al propio Monchi. En más de una ocasión ha dicho que su orgullo es ser sevillista antes que presidente y no es un brindis al sol.

De esta forma remató un curso que llegó marcado por la entente que firmó con José María del Nido Carrasco horas antes de la Junta de Accionistas del pasado ejercicio, el 9 de diciembre de 2015. Ambos tuvieron que poner de su parte, tras limar las diferencias, y el cisma de Sevillistas de Nervión pasó a la historia sin que afectase, por ahora, al primer equipo ni a la gestión económica: el Sevilla vive su mejor momento en ambos aspectos.

El Sevilla es una familia grande y, como en todas las familias, hay desavenencias puntuales. Sin embargo, con Castro a la cabeza y apoyado en un consejo en el que delega bastante (y en el que hay puntos de vista distintos), el club vive un gran momento. De hecho, por ejemplo, José María del Nido Carrasco se encarga de bastantes negociaciones en una prueba de un leal reparto de funciones.

Ahora, Castro debe descargar de presión a Monchi, pues el director deportivo realiza funciones que exceden las de su cargo. Dejó el puesto de consejero, pero seguía funcionando como tal. Y su fatiga requiere mayor sosiego y concentración en lo estrictamente deportivo.

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