El que más corrió, 122 km.
El derbi sevillano · Sevilla FC.
El Sevilla pagó con una derrota su palizón en Gijón, donde no rentabilizó haber sido el equipo con más fondo de la jornada Emery, obligado a amortizar los esfuerzos
No debe de ser un problema físico el del Sevilla a domicilio. O sí. Quizá sea el correr tanto sin controlar los partidos la causa principal por la que el equipo de Unai Emery, a falta de dos salidas ligueras, figura con el feo cartel de ser el único de Primera División que no ha ganado ningún partido lejos de Nervión. La mejor prueba de esto es que en El Molinón el Sevilla cayó derrotado pese a correr nada menos que 122 kilómetros entre los 14 jugadores que participaron en el partido, una auténtica barbaridad, cuando la media habitual está más cercana a los 115 que a los 120. El Sporting, en un partido que fue un correcalles, incluso corrió menos: 120 kilómetros. Con este dato, y sin tener en cuenta los partidos que concluyeron anoche, el equipo nervionense se confirma como el que más ha corrido en esta jornada trigésima cuarta... para acabar cediendo otra derrota.
El dato debería hacer reflexionar a Emery y su cuerpo técnico, obligados como están en este tramo decisivo a amortizar mucho mejor la tremenda carga de esfuerzos que llevan acumulados sus jugadores. No hay peor pago a un dechado de tal generosidad como el que realizó el equipo sevillista en Gijón que una derrota en el último momento, de forma injusta, por ser en fuera de juego el tanto definitivo y por haber desperdiciado un buen número de ocasiones de gol, amén de alguna jugada polémica en el área sportinguista. El aguacero a más que cayó durante un partido tan de ida y vuelta, además, puso pesado el césped, con la consiguiente carga muscular añadida.
Coke fue el sevillista que más kilómetros hizo, según las estadísticas oficiales de la LFP, con 12,94. Lo siguen en este capítulo, que lidera el sportinguista Sergio Álvarez con 13,14 kilómetros, Krychowiak (12,30) y Escudero (11,67). Para valorar en su justa medida el tremendo esfuerzo de los sevillistas basta comparar el cómputo global de esos 122.000 metros recorridos con los del segundo partido con más kilómetros, el Athletic-Atlético. En el duelo de San Mamés, otro partido de eminente corte físico, los visitantes completaron 120 kilómetros por 115 de los locales, si bien los primeros sí rentabilizaron el esfuerzo con el triunfo, lo cual minimiza el gasto por la inyección de glucosa, en forma de moral, que significa haber salido vencedor.
Más lejos quedan otros partidos como el del rival del próximo domingo. El Betis recorrió 112 kilómetros en global, diez menos que el Sevilla, ante Las Palmas, que se quedó con un futbolista menos por la expulsión de Aythami en la primera parte y terminó haciendo 104 kilómetros. La diferencia, con un día más de descanso en las filas verdiblancas, es bastante obvia.
El cúmulo de bajas por lesiones y molestias, casi todas musculares, aumenta esa necesidad que tiene ahora Emery de medir muy bien la carga de cada futbolista para elegir las piezas en las dos próximas citas, de calado ambas: el derbi y la ida de las semifinales de la Liga Europa en Lviv. El técnico mirará con lupa cuál es el estado de forma de cada jugador y a quién elegirá para cada partido, teniendo en cuenta que el derbi ha pasado a un primer plano por la necesidad de no ceder más terreno en la Liga, so riesgo de perder incluso la séptima plaza.
Lo cierto es que el Sevilla, por lo que corrió en Gijón en este periodo tardío de la temporada, parece estar más fresco de lo que aparenta. El problema es, no sólo en El Molinón, que no está rentabilizando su juego ofensivo ni, otra cuestión importante, controlando los partidos. La suma de estos dos factores dio como resultado otra frustración, justo antes de la fase decisiva, en la Liga y en Europa.
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