La confirmación otoñal

La adecuada rotación, con fichajes que ya responden, y ganar fuera de casa son las claves para la escalada del Sevilla. Anoeta, Mönchengladbach, Riazor y Heliópolis, salidas antes de Navidad.

Llorente, Gameiro, Rami, Mariano y N'Zonzi atienden a una orden de Dimitri Cheryshev durante un entrenamiento.
Llorente, Gameiro, Rami, Mariano y N'Zonzi atienden a una orden de Dimitri Cheryshev durante un entrenamiento.
Eduardo Florido, Sevilla

16 de noviembre 2015 - 05:02

El 22 de diciembre, día del sorteo de Navidad, entra el invierno y para esa fecha el Sevilla estará de vacaciones y sabrá cuál es el rumbo definitivo de la actual temporada, si el de la mediocridad o el de la heroicidad. Median siete partidos trascendentales en lo que queda de otoño, en los que el equipo de Unai Emery debe darle continuidad a lo atisbado hasta ahora ante Barcelona y Real Madrid, que es capaz de tutear a cualquiera. El retraso en la Liga es grande en la carrera por el cuarto puesto. Asimismo, la tarea de seguir, no ya en la Champions, sino en Europa también se le ha puesto cuesta arriba. La escalada requiere dos aspectos claves: la adecuada rotación de futbolistas, ya con la aportación de los fichajes, y ganar fuera.

El Sevilla que logró el récord histórico de 76 puntos en Liga y que sumó el 42% de esa marca histórica a domicilio no ha comparecido aún esta temporada. Este cálido otoño que ya toma la cuesta abajo, en las temperaturas y en la luz de las tardes, debe ser el de la confirmación de que ese equipo ha vuelto. Ante el Real Madrid, la eclosión de los fichajes fue tan nítida que Emery ya no podrá esgrimir aquello de la adaptación. El entrenador sevillista está obligado a repartir los esfuerzos y a sacar lo mejor del equipo exprimiendo todas las cualidades de que dispone en su plantilla, que son muchas. A excepción de Kakuta, en su extraña situación de lesión permanente, y Escudero, otro que no ha podido jugar aún un partido oficial lastrado por su rodilla, todos los refuerzos ya han tenido una participación positiva. Si Rami y Krohn-Dehli ya se habían ganado el favor del técnico y del público con anterioridad, Andreolli, Mariano, N'Zonzi, Llorente e Immobile, quizás los futbolistas más necesitados de una reivindicación a lo grande, ya anunciaron ante el Real Madrid que están listos para sumar, mientras que Konoplyanka se ha hecho con un sitio definitivo en el once titular, desplazando a Reyes.

Emery, ya con muchas más piezas para elegir tras el paulatino desalojo de la enfermería, tiene ahora otro problema más agradable, repartir con criterio los minutos. Llama la atención, por ejemplo, que desde que apostó por Konoplyanka haya orillado absolutamente a Reyes. Su misión ahora es hacer compatibles en el terreno de juego a los jugadores de más talento, una vez encontrado, parece que definitivamente, el camino desde la adaptación de los refuerzos al bloque anterior.

Pero si es importante el reparto de esfuerzos -con casos singulares como los imprescindibles Krychowiak y Banega-, más trascendente es ganar a domicilio. De aquí a que llegue el invierno y con él el parón de Navidad, el Sevilla afronta cuatro partidos como visitante que van a ser claves para definir su destino: Anoeta y Mönchengladbach de forma consecutiva una vez retome la competición y luego, alternando con partidos en casa, Riazor y Heliópolis, última parada otoñal de este Sevilla que busca su confirmación. En casa, en cambio, sólo tiene tres citas, no menos importantes y una de ellas que debe ser definitiva: Valencia, Juventus y Sporting. Entre medio, aparecerá la Copa ante el Logroñés, con lo que no habrá ni una semana limpia hasta el parón.

Recuperar la faz ganadora de visitante que hizo temible al Sevilla en los campos de España y Europa (sólo cedió un empate en las eliminatorias camino a Varsovia) es fundamental para escalar en el torneo nacional y sobrevivir en el continental. Y eso casa con la adecuada rotación. Hacer realidad esas dos claves es el reto de Emery.

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