Un conejo con guantes de boxeo

sevilla | málaga

Gameiro logra el segundo doblete seguido al aprovechar el plan de Emery de atraer al rival para sorprenderlo al espacio Recuperado el olfato, el francés lleva cinco goles en siete días

Gameiro eleva con sutileza el balón ante la salida desesperada de Kameni para hacer con clase el 2-0, con Rosales y Weligton siguiendo la jugada con la mirada.
Eduardo Florido

17 de enero 2016 - 05:02

El fútbol empieza a premiar la férrea voluntad de un futbolista que, pese a su enorme calidad, siempre ha dejado alguna sombra de duda sobre sus prestaciones. Gameiro se topó con la eficacia de Bacca y con dos lesiones inoportunas en sus dos primeros años en el Sevilla, después de su frustrado paso por el París Saint-Germain. Aun así, contribuyó con el colombiano a devolver al primer escaparate europeo al Sevilla, aunque rápidamente se le colgó el cartel de subordinado de lujo. Esta temporada, la enorme expectación que levantó Llorente lo privó de protagonismo en el inicio de curso, en el que fue el sacrificado para un partido estelar, el del debut en casa ante el Atlético. Pero ahora, en pleno ecuador de la Liga, el francés recoge elogios y felicitaciones al ritmo de sus frenéticos goles. Ya es el primer espada. No ha podido empezar mejor el año.

Gameiro completó ayer su semana mágica, con dos goles en minuto y medio. Ante el Málaga repitió el doblete del Athletic. En siete días ha hecho cinco goles, si se suma el que hizo, en el primer balón que tocó, al Betis en la vuelta del derbi copero. El jugador ha recuperado su mejor olfato justo cuando más lo necesita su equipo, con Immobile ya en Turín y con Llorente en fuera de juego. El delantero del Sevilla es Gameiro y ya pocos dudan de su capacidad para responder a esta elevada exigencia. A ello ha ayudado la madurez de un plan táctico que ya dio sus frutos ante los leones de San Mamés. El rugido de los de Ernesto Valverde quedó minimizado por la pegada tremenda de este conejo con guantes de boxeo. Unai Emery ha esbozado una idea de juego que, con el veloz punta en el campo, se está concretando con una voracidad propia de un jugador que estaba necesitado del alimento sustancial de los delanteros, el gol.

Ante el Málaga añadió más vistosidad a su efectividad. Dos sutiles toques con la derecha, el primero tras una falta de Rami a la espalda de la defensa y el segundo tras una fulminante contra con Vitolo y Banega por la derecha, dos remates propios de su enorme clase. Ya lleva 11 en 18 partidos de la Liga (tres de penalti), aunque diez los ha hecho en Nervión.

Ante el Málaga tumbó el plan atrevido de Javi Gracia y ensalzó la taimada idea de Unai Emery. Que haya marcado diez goles en nueve partidos ante su gente y sólo un gol a domicilio, en idéntico reparto de partidos, puede responder a que el Sevilla está jugando a contra estilo: a la contra en casa y con posesión estéril fuera.

Su dinamismo, su voluntad para la presión y su entusiasmo para tirar desmarques constantemente habían tenido poco premio hasta ahora. El cúmulo de goles llegó con cuentagotas. No se estrenó en Liga hasta la sexta jornada, con uno de los tres tantos al Rayo (3-2). Luego llegó el que marcó en Éibar (1-1) y el triplete al Getafe (5-0, uno de penalti). Se llevó casi dos meses sin marcar entre aquel 24 de octubre y el 12 de diciembre, en el que hizo su primer doblete, ante el Sporting (2-0, otro de penalti). Para 2016 dejó su definitiva eclosión. Ahora tiene pendiente darle continuidad a su pegada en los grandes campos de España.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último