Más colmillos que puntos

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El pase a la final de Copa terminó de reactivar al sólido equipo de Valverde, que pagó la factura de la Champions en la primera vuelta

Juan Antonio Solís

03 de abril 2015 - 05:02

El Athletic Club comparecerá en Nervión este Sábado Santo con el mismo sigilo con el que, poco después, desfilará el cortejo del Santo Entierro por Sevilla. Pero el histórico equipo vizcaíno no está muerto. Pareció estarlo en una primera vuelta irreconocible, lejos de las prestaciones que ofreció en la pasada Liga, en la que fue cuarto.

Hoy, todo es distinto. Los leones se vuelven a sentir poderosos desde aquella noche de Cornellà-El Prat en la que sellaron el pase para la final del 30 de mayo. Tal ha sido su reacción que después de mirar con cierta angustia a la zona de descenso, hacen ahora cuentas para intentar cazar al séptimo, el Málaga -lo tienen a 5 puntos-, por si acaso no ganan la final al Barça. El Athletic, con 39 puntos en 28 jornadas, pensaría tener una cosecha bastante más copiosa a estas alturas -la factura de la Champions-, pero sus sensaciones actuales vuelan alto, pues enlazan cinco victorias. Ha recuperado sus colmillos.

SIN BALÓN

Dos de las piezas maestras del eje defensivo de la pasada campaña han bajado bastante su rendimiento en este ejercicio, el zaguero Laporte y el medio centro Iturraspe. El primero es clave en la salida limpia de la pelota desde atrás para evitar peligrosas pérdidas en zonas de riesgo; el segundo es el que suele guardar la posición y, junto a Mikel Rico, dirigir esa presión colectiva, con las líneas bien juntas, que resultó clave para que cuajara el manual de Valverde. Ambos han descrito una línea irregular esta temporada y el equilibrio del equipo se ha resentido, con una capacidad más atenuada para apretar arriba y someter al contrario, sobre todo en San Mamés: equipos de la zona baja como Córdoba, Elche o Granada han sido capaces de llevarse todo el botín de un feudo casi inexpugnable el anterior curso.

CON BALÓN

Otra pieza maestra que Valverde echa de menos, más con el balón -aunque también contagiaba carácter para el trabajo defensivo en zonas adelantadas- es Ander Herrera. Era el nexo perfecto entre media y delantera por su dinamismo y capacidad asociativa. Muniain, que empezó la campaña en un tono discreto, está recuperando su capacidad para tejer juego, no sólo para acabar las jugadas, aunque otros miembros de esa línea de tres cuartos, como Ibai o Susaeta, aún deben remar para volver al nivel del año anterior.

Esa tibia respuesta en tres cuartos de campo agrava el problema que padece desde hace años el Athletic, la escasez de rematadores. Que Aduriz sea como un buen vino, que mejora con los años, lo saca del apuro.

LO MEJOR

Moral restablecida tras verle las orejas al lobo. Esa final de Copa los ha liberado y van a más.

LO PEOR

Esa dependencia de Aduriz.

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