De colíder al hoyo (4-0)
Atlético de Madrid-Sevilla
El Sevilla sale goleado del Calderón con un cambio de sistema inoperativo. Los cambios y el resultado dieron más presencia pero ningún rédito.
Llegó colíder y salió escaldado. Goleado en el Calderón con la sensación de haberse comportado como un equipo menor en el primer acto y sin ser capaz de minimizar ese lastre en el segundo. Más goles recibidos que en todo lo que se llevaba de Liga. Y lo peor, la sensación de miedo. Cambió el esquema Emery pensando reforzar el centro del campo. El primer paso hacia la goleada del Atlético, superior en todo. Incluso a balón parado. Dos goles a balón parado, más otro de penalti. Claudicación absoluta.
Mezcló Emery a sus dos unidades, la A y la B, y mantuvo a Diogo y Kolo en defensa, M'Bia se ha hecho con su sitio y Emery reforzó con Carriço sacrificando a Denis Suárez. Mal negocio sobre el papel. Ruina sobre el campo. Del 4-2-3-1 a un mejunje indescriptible que dejó sin balón no sólo a Bacca, que se aburrió de correr, sino a los básicos para Emery Vitolo y Vidal.
Salió el Sevilla muy atrás, mitad acobardado, mitad obligado por un Atlético que mordía por todo el campo... sevillista, porque no salía de su parcela la pelota ni despejando. El cambio de sistema no sólo dejó al Sevilla sin proyección arriba sino que no le terminaba de dar solvencia atrás. Atropellado, incluso nervioso, era superado en todo y por todos. Cuestión de tiempo que cayera el muro hispalense.
Y cayó de la forma más accidental. Un despeje malísimo de M'Bia permite un disparo lejano de Koke que coge parábola al golpear en el tobillo de Pareja superando a Beto. Minuto 19. En el 18 amarilla a Kolodziejczak y en el 20 a Pareja. Escenario de aspecto horrible: perdiendo a los veinte minutos y con los dos centrales amonestados.
Ocurre que el Sevilla firma media hora horrorosa con toda la impresión de que el planteamiento se ha caído por el propio peso de las precauciones. Kolo no pierde el pulso con Mandzukic pero el goleador croata maneja como nadie el contacto y el sevillista se juega la expulsión. Arda manda, en el Sevilla no hay referencia, se llega al descanso sin saber casi de qué color viste el portero Moyá y ya van 2-0 tras una pizarra compleja de Simeone que culmina Saúl sin oposición cuando el Sevilla respiraba (41').
Emery rectifica en la pausa, retrasando a Carriço y saliendo Kolo y Vitolo para dar entrada a Banega y Denis Suárez. De la nada al todo en lo que a tener el balón se refiere. El Atlético, ganando fácil y con la Juventus en capilla, levanta el pie del cuello y el Sevilla tiene mucho más el balón.
Da la cara ahora pero el lastre es excesivo, el Atlético no da concesiones y todo avanza como si nada hasta que, con el tiempo ya evidenciando que la empresa se hace imposible, Diogo (¿está para jugar?) arrolla a Griezmann en el área y Raúl García sentencia de penalti. El cuarto, de Raúl Jiménez, no hizo sino zaherir más en cuanto al resultado. En cuanto al juego ya no aportó nada. Como este Sevilla a merced del Atlético y de un incomprensible cambio de estilo.
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