Cuando la clase sortea los obstáculos

sevilla - espanyol · marcaje al hombre

Perotti, más de tres meses después de su última lesión, disfruta y hace disfrutar con un fútbol que sumará en el sprint final. Conducciones, movilidad y centros, su amplio abanico.

Perotti saluda al público al abandonar el campo para ser sustituido por Stevanovic.
Eduardo Florido

06 de mayo 2013 - 05:02

"Tengo 24 años y hace año y medio que no encadeno siete partidos seguidos. Para mí eso es tristísimo y para el club seguramente tenerme lesionado es una pérdida". Así empezó su larga confesión un frío lunes de febrero Diego Perotti, después de lesionarse en Mestalla en el último partido de Míchel en el Sevilla. El argentino prácticamente suplicó permanecer en su país, donde estaba con permiso del club para continuar su rehabilitación, con la idea de retomar su carrera en el Racing de Avellaneda. Pero no se dieron las condiciones y el jugador regresó a su club, al que siempre se ha mostrado muy agradecido en sus diferentes declaraciones. Ayer, tres meses y pico después de aquella rotura fibrilar en Valencia, Perotti volvió a ser titular y volvió a disfrutar y a hacer disfrutar con su fútbol.

La primorosa primera parte de Perotti ante el Espanyol sirvió no sólo para rehabilitar a un jugador que puede sumar muchísimo en el sprint final de la Liga. Además, sirvió para demostrar que la clase, cuando se tiene a raudales, se salta todos, o casi todos, los obstáculos en el fútbol. El argentino ha dejado atrás un cúmulo de lesiones musculares que amenazaba muy seriamente su prometedora carrera, que aún tiene muchísimo recorrido. La ovación con que lo arropó el público de Nervión en el minuto 63, cuando fue sustituido por Stevanovic, es el premio al tesón que ha tenido un futbolista que ha superado multitud de calamidades físicas, desde que en octubre de 2011 la musculatura del tren inferior empezara a minar su extraordinaria irrupción en la Liga. Después de pasar por el quirófano para una intervención en Chicago sobre una hernia discal e incluso un cambio de dieta, la lesión de Mestalla fue un mazazo del que el jugador parecía que no iba a levantarse. Pero el fútbol premia a los que tienen talento.

El Perotti de ayer recordó al de los mejores tiempos. Apareció por fuera, por dentro, desde la izquierda y desde la derecha. Participó directamente en el 1-0, con su centro pasado a Jesús Navas que Capdevila marcó en propia puerta, y también de forma indirecta en el 3-0, al ofrecerse para un córner en corto que Rakitic aprovechó para colgar el balón al segundo palo, donde remató Negredo en un difícil escorzo.

Los goles y su participación acrecentaron su confianza y Perotti, con un don de la ubicuidad que hacía que apareciese por todo el frente del ataque, comenzó a realizar elegantes conducciones, zafándose de contrarios y saliendo de agujeros de donde parecía imposible salir. Y también evidenció que tiene intactas su extraordinaria visión de juego y su capacidad para poner el balón con su pierna derecha donde ve que puede hacer daño. Así filtró un gran pase al área a Negredo, desde la posición de interior derecho, y así dio un centro a la frontal desde la izquierda con un elegante golpe de exterior, que el vallecano logró volear, aunque dio en un rival. Con su movilidad y su facilidad para sortear contrarios sin forzar el gesto, Perotti le dio un digno relevo a Reyes y aportó frescura al Sevilla de Emery. Perotti ha vuelto, una grandísima noticia.

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