Las circunstancias dan valor al punto (1-1)
Granada - Sevilla · la crónica
El Sevilla se trae un empate de su visita al Granada a pesar de jugar con uno menos desde el minuto 34 por expulsión de Diego López. Los hombres de Míchel evidenciaron que aún deben mejorar mucho su rendimiento.
Punto de valor para el Sevilla en Granada por las circunstancias que se produjeron durante el litigio en el Nuevo Los Cármenes. Un empate nunca produce una satisfacción plena, siempre hay quien lo ve como un mal menor, pero jugar con sólo diez futbolistas desde el minuto 34 en pleno mes de agosto, cuando el calor aprieta y el físico aún no está en el mejor estado para soportar los 90 minutos de un partido, sí le añade un plus de dificultad al rédito que se trajeron los sevillistas de su visita a la ciudad nazarí. Eso no es óbice para aceptar que el equipo de Míchel aún admite el calificativo de manifiestamente mejorable, algo que cabe esperar que el técnico consiga llevar a cabo con el paso de las jornadas.
Es evidente, para los expertos y para quienes no lo son, que el Sevilla no jugó un buen partido en Granada, ni mucho menos. Para empezar porque le faltó un punto de osadía en el arranque para haberle metido más miedo al adversario y también porque más de uno de sus futbolistas se empeña en quitarse de encima el cartelito de titular con el que ha arrancado el curso. Si se juntan en este sentido varios elementos al mismo tiempo, pues está claro que el conjunto de Míchel está condenado a sufrir sea quien sea el adversario que está enfrente.
Por colocar los nombres propios oportunos, durante la primera mitad de ayer se significaron en este sentido negativo Reyes, sobre todo Reyes, Fazio y también el alemán Trochowski, éste hasta que su equipo se quedó con diez por la expulsión de Diego López y lo escoraron a la izquierda para que desde allí al menos sí pudiera ayudar algo más de lo que lo estaba haciendo. Míchel, que había optado por repetir el mismo equipo que derrotara al Getafe, seguro que se estaría reconcomiendo en la banda con el rendimiento de estos tres hombres. Tanto que apenas halló dificultades para algo tan desagradable siempre como es sustituir a un futbolista de campo cuando es expulsado un guardameta, es decir, cuando se condena a un jugador de campo por el pecado de otro. Pero Reyes, por mucho que moviera la cabeza al ser cambiado buscando una explicación a este hecho, se había hecho acreedor a la pena por su nula aportación y lo mejor que podría hacer, sobre todo por su bien personal, es un poco de autocrítica a la hora de valorar el rendimiento que está ofreciendo.
El duelo había llegado hasta ese minuto 34 en el que Estrada Fernández estimó como penalti un derribo de Diego López a Floro Flores con una línea de mediocridad insoportable. El Sevilla había salido con la intención de controlar la situación y tratar de sorprender por la banda derecha. Querría por cualquiera de las dos bandas, pero con la nulidad de la izquierda era casi imposible. Jesús Navas ni siquiera se arrugó cuando Siqueira le hizo una entrada en el minuto 7 digna de una tarjeta naranja tirando para roja, o roja fluorescente incluso, y sí fue capaz de percutir en alguna ocasión por su costado. Claro que su centro se dirigió a Reyes y éste, con todo a favor aparentemente, ni siquiera fue capaz de llegar a rematarlo.
Era muy poca, es verdad, la producción ofensiva pese a las carreras de un Negredo muy peleón en todo momento, pero el Granada tampoco estaba exigiendo mucho más a los hombres que ayer vestían de azul. Los locales tampoco eran capaces de soltar amarras en busca de una ventaja, pero sí se encontraron en una jugada aislada en el centro del campo con una acción que parecía decisiva en aquel momento. Orellana habilitó a Floro Flores, éste superó a Diego López y, como buen futbolista, hizo lo que debía hacer, dejar las piernas para que Diego López lo rozase. Penalti, expulsión y uno menos en el rival, en teoría eso equivale a tres puntos con una hora de juego por delante.
El Sevilla tal vez había sido castigado en exceso, sobre todo cuando Palop, recién entrado, detuvo el penalti y el rechazo lo convirtió Mikel Rico en gol. Mal pintaba entonces para un conjunto nervionense que se encontraría con la igualada cuando menos lo esperaba, cuando El Arabi, Floro Flores y Orellana habían estado a punto de sentenciar. Pero fue Negredo quien cantó gol y a partir de ahí ya las cosas se veían de otro modo cuando el encuentro arribó al intermedio.
Míchel introdujo a Botía por el renqueante, y deficiente, Fazio, situó a Trochowski en la izquierda y casi jugó con los mismos elementos del primer periodo, por mucho que Reyes estuviera antes ahí, porque era como si no lo hiciera. ¿Sería capaz de aguantar el equipo de Míchel ese resultado durante un tiempo entero con el cansancio físico que supone estar diez contra once? En la teoría, no, pero el fútbol sólo entiende de práctica y lo enriquece que cada partido pueda deparar balances distintos ante circunstancias semejantes. El Sevilla no sólo aguantó, sino que fue capaz de mejorar su imagen y de controlar el juego durante una fase larga en la que debió adelantarse a través de Negredo y de Trochowski.
Eso ocurrió hasta que la fatiga se incrementó y el Granada achuchó. Ahí sí tuvo una suerte tremenda. Incluso se salvó in extremis con un testarazo al larguero de Floro Flores en el último instante y también con dos cabezazos inocentes de Machís. Esas circunstancias, pues, le dan un tremendo valor a un punto que ya figurará para siempre en el casillero de los nervionenses, pero sería conveniente, e indispensable, que éstos mejoraran varios puntos en su nivel de fútbol.
Ficha técnica:
1 - Granada CF: Toño, Nyom, Siqueira, Iñigo López, Borja Gómez, Iriney (Juanma Ortiz, m.81), Mikel Rico, Jaime Romero (Torje, m.64), Orellana, El Arabi (Machís, m.72) y Floro Flores.
1 - Sevilla FC: Diego López, Cicinho, Navarro, Fazio (Botía, m.46), Spahic, Medel, Rakitic (Cala, m.88), Trochowski, Navas, Reyes (Palop, m.35) y Negredo.
Goles: 1-0, (m.35): Mikel Rico. 1-1, (m.44): Negredo
Árbitro: Estrada Fernández (Catalán). Expulsó con roja directa al portero visitante Diego López (m.33). Mostró tarjeta amarilla a los locales Siqueira, Iriney e Iñigo López, y a los visitantes Botía y Rakitic.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de Liga en Primera división disputado en Los Cármenes ante 21.500 espectadores, 600 de ellos aficionados visitantes. Realizó el saque de honor la gimnasta granadina Lidia Redondo, integrante del equipo español de gimnasia rítmica que finalizó en cuarta posición en los pasados Juegos Olímpicos de Londres.
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