Desde cero y con una gran herencia

Sampaoli llegará a Sevilla en un marco ideal, deportiva y económicamente, pero con el dintel más alto posible.

Gary Medel dialoga con Jorge Sampaoli durante un entrenamiento de la selección de Chile.
Gary Medel dialoga con Jorge Sampaoli durante un entrenamiento de la selección de Chile.
Eduardo Florido, Sevilla

20 de junio 2016 - 05:02

Aunque aún no es oficial, la llegada de Jorge Sampaoli se puede dar por un hecho que no tiene vuelta atrás. Los problemas del finiquito de Laurent Blanc con el PSG están retrasando la oficialidad de la desvinculación de Unai Emery, condición sine qua non para que el argentino sea presentado en sociedad como nuevo entrenador del Sevilla, al que llegará en un marco idóneo. Tanto deportiva como económicamente, el ex seleccionador de Chile arribará a Nervión en el mejor contexto posible, con el club en su mejor momento, clasificado para la Champions, con el gen de campeón metido en los tuétanos de un grupo muy competitivo, con la dirección deportiva centrada en mejorar una plantilla que lleva tres años levantando un título y la dirección del club dispuesta a presentar el presupuesto más alto de la historia del Sevilla. También con la contraprestación de tener el dintel más alto que ningún entrenador antecedente: he ahí el reto.

Éste es el escenario que se encontrará Sampaoli cuando, a principios de julio, se vista de corto para dirigir por primera vez a una plantilla que tendrá algunos cambios sustanciales, pero que conservará a sus piezas clave, o, al menos, ésa es la idea de partida. El Sevilla está dispuesto a aguantar los envites de un mercado cada vez más inflado y la mejor prueba es que ya ha remitido a las cláusulas de rescisión de N'Zonzi y Gameiro ante las ofertas recibidas de los campeones de la Premier y la Liga, respectivamente.

Curiosamente, se cumple un lustro, cinco años justos, desde la última vez que el Sevilla contrató a un entrenador nuevo en primavera para tomar el timón de la nave en verano. Fue Marcelino, que reveló a Gregorio Manzano tras dejar éste al equipo quinto, quien partió de cero la última vez, una circunstancia que se ha dado muy pocas veces en este siglo en el que en Nervión ha habido muchos relevos a mitad de curso, desde la espantada de Juande Ramos en octubre de 2007. Manolo Jiménez fue sustituido en marzo de 2010 por Antonio Álvarez, quien a su vez dejó el testigo a Gregorio Manzano a finales de septiembre de 2010. El jiennense no convenció a los rectores sevillistas, pese al quinto puesto, y la apuesta en Marcelino acabaría frustrándose por una situación similar a la que ha vivido Emery en la Liga: no ganar fuera de casa. El proyecto de Marcelino se fue al traste por otros factores, como el ocaso de una plantilla con vacas sagradas en su vestuario difíciles de llevar y el palo gordísimo de la eliminación en la previa de la Liga Europa -que entonces jugaban todos los clasificados- a manos del Hannover 96. Era la primera vez que el Sevilla no jugaba entre semana desde la primera clasificación para la UEFA en 2004 de Joaquín Caparrós, que le dejó en la primavera de 2005 a Juande Ramos una plantilla muy hecha a competir y reforzada a lo grande tras las ventas de Sergio Ramos y Julio Baptista: Palop, Maresca, Luis Fabiano, Kanoute, Dragutinovic, Escudé en enero...

Siguiendo el orden cronológico, el relevo de Marcelino por Míchel en febrero de 2011 fue consecuencia de la fase de transición que vivió el Sevilla entre las eras de los títulos de Juande y Emery, salpicada con aquella Copa del Rey en 2010 en los estertores de una plantilla que no fue reciclada hasta el verano de 2013. Hace tres años, Emery sí partió prácticamente de cero tras dirigir media Liga al Sevilla, con la fortuna de que el noveno puesto le dio para jugar la Liga Europa por el fair play financiero de la Liga. Desde entonces, el técnico vasco adoquinó, piedrecita a piedrecita, su trayectoria en el Sevilla a base de reciclajes anuales de la plantilla y refrendando su propuesta con títulos, uno detrás de otro. Pero el núcleo de ésta pervive, y su gen competitivo, también. Es lo que se encontrará Sampaoli en julio, una situación similar a la que encontró Juande hace 11 años... pero con el listón mucho más alto, el de llegar al pentacampeón de la Liga Europa, un equipo que quiere crecer en la Liga y en la Champions.

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