Una cautela justificada

La prudencia se desprende en cada declaración realizada por los jugadores béticos en este parón liguero. Los dos triunfos consecutivos como visitante, que dejaron atrás el traspié ante el Deportivo, han llevado cierta euforia al entorno del equipo, pero esa cautela reiterada desde el vestuario se antoja justificada atendiendo a precedentes bien cercanos. El propio Pepe Mel, el técnico que comenzó en el banquillo las últimas cuatro temporadas de los verdiblancos en Primera, conoce de primera mano lo que significa un buen arranque, lo que no siempre lleva aparejada tranquilidad en el discurrir del campeonato.

Así sucedió en la 2011-12, tras el anterior ascenso, cuando el Betis finalizó la séptima jornada con 12 puntos, tras cuatro triunfos y tres derrotas, lo que valió para colocarse séptimo. Los verdiblancos habían iniciado el campeonato con cuatro victorias seguidas con las que se pusieron líderes, pero un solo empate en las siguientes diez jornadas dejaron a Mel al borde del despido.

Un año después, en la 12-13, los béticos también sumaron 12 puntos en siete partidos, con cuatro triunfos y tres derrotas, con los que marchaban cuartos, aunque sí mantuvieron el nivel durante la primera vuelta e incluso acabaron la Liga clasificándose para competición europea.

En la 13-14, la fatídica de los 25 puntos finales, los de Mel sumaron ocho en siete jornadas, con dos victorias, dos empates y tres derrotas, pero más de dos meses sin ganar lo llevaron de la undécima plaza a la última, todo un aviso para no relajarse ante lo que se avecina a partir de este próximo sábado.