El campeón, a cuartos en un minuto (3-0)

Un minuto. Uno y poco más, entre el 44 y el 45, bastó para que Gameiro, asistido por Reyes y Krohn-Dehli, sentenciara (3-0) el pase a cuartos de final que había encauzado diez minutos antes Rami. La clasificación del campeón a costa del anfitrión de la final, el Basilea. En la decimoséptima victoria seguida en Nervión, undécima como local en la Liga Europa, algo que nadie había logrado, los miedos al 0-0 de la ida fueron disipados por el calor de la grada del Sánchez-Pizjuán, un dominio solvente a un equipo atrincherado y tres chispazos que en apenas 45 minutos acercan un peldaño más, y aunque todavía lejos y con muchos escollos de renombre de por medio, Basel 2016. Dortmund, Liverpool, Athletic, Villarreal, Shakhtar Donetsk, Sparta de Praga y Sporting de Braga son los rivales por el sueño de la quinta Liga Europa (tercera consecutiva) que estarán en el bombo este viernes.

El resultado de la ida alejaba cualquier atisbo de confianza, incluso desde la grada, que apretó desde el principio como si se necesitara una remontada. Apostó Emery por mantener la titularidad a David Soria, pese a la importancia del encuentro, y recuperó a Kolo para la defensa en lugar de Carriço, que formó de titular el domingo ante el Villarreal. El resto de bajas daba poco margen a la improvisación. Iborra repetía en la media punta secundado por Banega, Krohn-Dehli y Reyes en una noche de las que gustan al utrerano. La suma: creatividad con Gameiro por delante previendo el cerrojo que los suizos pretendían echar atrás.

El Basilea, muy replegado, no sorprendía con su planteamiento y el Sevilla dominaba con comodidad siendo consciente de que podía ser un partido largo. Los locales tenían tan bien aprendidos los líos en la salida en los que suele meterse el equipo helvético que de una recuperación de Reyes llegó en el minuto 4 la primera oportunidad en botas de Gameiro, que se escoró demasiado en el área pequeña para estrellar su remate en Vaclik. Era un buen comienzo, y sin salir a toque de corneta.

Los de Emery siguieron dominando el partido sin mayores inquietudes mientras que los visitantes esperaban para coger aire en una contra o cualquier acción a balón parado. Segundo aviso sevillista en el minuto diez nacido en una gran jugada de Banega rodeado de rivales al más puro estilo Iniesta. Encontró el argentino el pase a Reyes y éste metió al espacio para Gameiro por la derecha. Vaclik intuyó el pase de la muerte del francés y evitó el primero.

Se relajó el Sevilla entonces y entró en un periodo de control infructuoso que dio cancha al Basilea. Los suizos se estiraron y llegaron por primera vez con peligro a la meta de David Soria en un centro de Bjarnason que Steffen remató muy forzado a las manos del portero sevillista. La jugada acabó de despertar al campeón, que en apenas 15 minutos sentenciaría el pase a cuartos. Avisó Rami en una falta botada por Reyes que él mismo forzó. Vaclik despejó a saque de esquina para dar lugar a la repetición de la conexión, esta vez con éxito. El utrerano la puso directa al corazón del área y el francés remataba en plancha de cabeza picado abajo (la pelota votó tres veces antes de entrar) para ponerla al otro palo lejos del alcance del meta suizo.

La red de seguridad ya estaba puesta, pero no había que echarse atrás. Al Basilea le había durado el plan 35 minutos y ahora debía buscar al menos un tanto, con los previsibles espacios atrás con Gameiro y sus pasadores amenazando. Amagaron los de Emery con acularse un poco y se llevaron otro susto. Un cabezazo en un córner fue solventado con una tremenda estirada por David Soria. El aviso fue tomado en serio de nuevo por los sevillistas, que cerraron la eliminatoria en un minuto. Reyes, otra vez iba a ser determinante, controló un balón largo y firmó una jugada digna de sus mejores tiempos. Autopase dentro del área, balón atrás en línea de fondo, y el único defensa que podía interceptar el pase esquiva la pelota para que Gameiro (posiblemente en su mejor momento de forma desde que llegó) tenga tiempo hasta de controlar antes de hacer el tanto. Era el minuto 44 y la situación parecía inmejorable, pero en fútbol... Saque de centro, balón en banda, despeje interceptado por Krohn-Dehli para ganar línea de fondo y ponerla de cuchara a Gameiro, otra vez en el sitio. El remate se fue al larguero, de nuevo a pies del francés, remate desde el suelo y tocaba otra vez el travesaño para meterse de una vez dentro de las mallas de Vaclik. Los cuartos de final estaban hechos en sólo 45minutos.

El soñado epílogo de la primera mitad dejó sin gracia a la segunda. Una buena oportunidad de Mariano tras una gran pared de tacón con Iborra y disparo que sacaba el meta con los pies. El resto de minutos, más para ayudar a coger la forma de Krychowiak desde el minuto 61, en el que entró por Iborra, y para espabilar a Llorente, que dio relevo a Gameiro en el 69. Antes, Emery reeditó el cambio del pasado domingo que daba entrada a Escudero por un atacante, esta vez Krohn-Dehli, y tapar más la banda izquierda. Poco más hasta el tramo final, en el que Llorente no estuvo fino en un mano a mano con Vaclik; David Soria, primero, y Escudero después bajo palos, salvaron un gol de Embolo; y el propio lateral izquierdo estuvo a punto de hacer el cuarto en el descuento.

Fiesta en Nervión, fin del camino para el anfitrión y el campeón, un año más, puede seguir soñando, ya en cuartos de final, con su torneo fetiche. Y lo mejor, con solvencia y en crecimiento. Basel 2016 está un paso más cerca.