El cambio de técnicos no evita otro fracaso
La planificación queda de nuevo señalada tras una clasificación que no superará a la de Míchel.
Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. Esto es lo que dice la primera acepción del DRAE sobre el significado de fracaso, una palabra tabú en el Sevilla. Quizá sus dirigentes deberían conocer su significado exacto para reconocer que la temporada que concluye no es ni más ni menos que otro fracaso. La derrota en Pamplona condena al equipo de Unai Emery a aspirar al noveno puesto como máximo y esperar la puerta de atrás para asaltar el objetivo que no ha podido lograr en el campo. A lo sumo, Emery logrará terminar en el mismo puesto que Míchel el curso pasado, noveno con 50 puntos. Pero si no gana al Valencia, será la peor clasificación del Sevilla desde el descenso, pues hasta el equipo de Caparrós de la 02-03 lo superaría (10º puesto y 50 puntos).
El Sevilla no ha logrado meterse en Europa, el objetivo fijado por la empresa, aunque le quede la antiestética vía del TAS, y la planificación queda señalada por segundo año consecutivo. En estos dos años, por el banquillo de Nervión han pasado tres entrenadores y los tres han tenido similares resultados. Marcelino fue destituido en el puesto 13º tras sumar 26 puntos en 22 partidos (1,18 puntos de media por partido). Míchel concluyó aquella temporada con 24 puntos sumados en 16 partidos (1,5 de media); y fue destituido al concluir la primera vuelta tras sumar sólo 22 puntos en 19 encuentros (1,15 de media), con el equipo en el puesto 12º. Y Unai Emery tampoco ha podido mejorar mucho estos dígitos: en los 18 partidos que ha dirigido acumula 25 puntos (1,38 de media). Pese a cierta mejoría en casa, el guipuzcoano ha sido incapaz de zanjar el mal endémico del equipo, su nulidad como visitante por la absoluta falta de competitividad de la plantilla. Hasta los tres que desciendan han ganado más fuera que el Sevilla.
Si gana el sábado al Valencia, terminará noveno, con lo que sería fiel a la trayectoria de estos dos últimos años. Sumando la clasificación del equipo en estas dos temporadas, el Sevilla sería noveno, con una media de 1,29 puntos por partido tras encajar 30 derrotas por 19 empates y 26 victorias.
Marcelino, Míchel y Emery han coincidido en esforzarse al máximo para sacarle todo el jugo a una plantilla que no da más de sí, por muy lustrosos nombres que salpiquen su nómina. Por ello, bien haría el club en reconocer que, por segundo año consecutivo, ha habido un fracaso, esa palabra tabú.
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