Tras caer, tiempo para recomponerse
Desde mi córner
Fue un domingo negro para el fútbol según Sevilla y puede que este nuevo parón sea bueno
Tras un domingo negro, demasiado tiempo para rumiarlo, que llega un parón más de los muchos que demandan las selecciones nacionales. No se sabe nunca qué es lo mejor para la digestión de una derrota, si que la posibilidad de desquite llegue pronto o que haya tiempo para arreglar el entuerto. En esto último caben dos opciones, o que el tiempo lo cure o que el mal se ulcere y se complique el arreglo. Y así estamos tras lo de este domingo.
Ese error bético de cada día fue lo que precipitó la caída del Betis en Villarreal. El fallo de Pezzella en Budapest tuvo arreglo, pero no el de Bellerín en La Cerámica. Y es que el del argentino fue un punto negro en un partido aceptable del Betis y el del catalán fue uno de los muchos puntos negrísimos ante la tropa de Unai. Con Ferencvaros estaba el partido controlado, con el Betis jugando con blancas, mientras que en el antiguo Madrigal nunca superó al equipo castellonense.
Ojalá que estos quince días de reflexión sirvan para que Pellegrini obre el milagro de evitar esas distracciones (desaplicaciones según el recordado Vicente Cantatore) o, al menos, de que se produzcan más infrecuentemente. Ya renglón seguido, batacazo del Sevilla ante un Granada que no sabía a qué sabe el triunfo. El tiro lejano de Rochina cuando quedaba un mundo para rectificar fue suficiente para que el Sevilla hincase la rodilla por primera vez en este curso.
Muchas culpas han caído en Diego Carlos por su error en el despeje que origina el gol, por la clarísima ocasión fallada ante el marco granadino y por haber caído en la trampa que da pie a su expulsión. Mirando las cosas a toro pasado, el Sevilla no mereció perder, pero no siempre son influyentes los méritos en este juego y sí es frecuente lo de que hoy por ti y mañana para mí. Ojalá, este insufrible tiempo sin fútbol sirva para recomponer la figura y volver a la buena senda.
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