Venganza y piscinazo en Torrelavega (81-76)
El conjunto verdiblanco cede su primera derrota en la Primera FEB ante un Cantabria en el que Rakocevic firmó su particular 'vendetta'
Tuvo un +11 en el segundo cuarto, pero las peleas con los colegiados, los fallos en el triple y la ausencia de juego interior condenó a los béticos
En la cuarta jornada llegó el primer tropiezo del Betis Baloncesto, que ha aprendido por las malas que en esta Primera FEB cualquiera te puede ganar. Y Cantabria no era un cualquiera pese a que no había ganado hasta ahora en la liga. Tiene jugadores de nivel y, sobre todo, un alma y un espíritu de lucha que el conjunto de Gonzalo García de Vitoria echó en falta. Al final de esto no suben los nombres, sino el mejor equipo y el cuadro local se aprovechó de la falta de intensidad en defensa de los visitantes, lo que unido a las malas selecciones de tiro, los errores en el triple y la falta de un interior dominante llevaron a los béticos a la derrota por 81-76 en un partido que por muchos momentos pareció tener controlado.
Pero le faltó esta vez al equipo heliopolitano la capacidad para dar la puntilla cuando en el primer tiempo tuvo un +11. O al inicio de la segunda parte, cuando pareció entrar con ánimos renovados, aunque fuera un mero espejismo. Si Bulic fue el jugador que sostuvo al conjunto cántabro, fue un ex bético como Rakocevic, con ganas de resolver cuentas pendientes, quien se erigió como protagonista para resolver el choque y celebrar la victoria dedicando su actuación a quienes no confiaron en él en su momento, aunque pocos de esos quedan en tes Betis del Grupo Hereda a cuyo presidente, Pedro Fernández, le toca un chapuzón, ahora que llega el fresquito, por el primer resbalón de su Dream Team.
Todo se resolvió en un último cuarto al que el Betis llegó por delante por 54-56. Pero entonces ya estaba enfrascado el equipo con una guerra contra los árbitros, malos sin que sirva como excusa, que hacía que no se centraran. Con gente haciendo la guerra por su cuenta y sin jugar no defender como bloque, principal fallo heliopolitano que aprovechó Germán Martínez para dirigir a los suyos y a un veterano como Javi Vega para poner por delante a los suyos. Ni siquiera entrar en el bonus con seis minutos por delante frenó a los de David Mangas. Cvetkovic puso desde la personal el 67-67 y Kasibabu el 67-69 después tras un palmeo. Pero Rakocevic apareció para ajustar cuentas desde el triple, un recurso del que el betis se olvidó a excepción del que anotó Álex Suárez en el primer minuto del cuarto. Sin presencia interior fue Hughes quien trató de tirar del carro, pero falló solo desde la línea de los 6,75 metros con 73-71 y Rakocevic volvió a golpear acto seguido. Falló después Benite desde la personal desaprovechando la ocasión de empatar (75-74) y el balcánico y Littelson pusieron un 79-74 a 46 segundos del final insalvable ya.
Fue entonces cuando apretó el Betis desde el saque inicial al rival. Tarde. Quizá debió hacerlo con el 73-71 y tres minutos por delante para impedir que el rival llegara a zona de ataque con tanta comodidad. La derrota estaba sellada con Radoncic desaparecido de la pista, sin minutos para Pablo Marín ni Rubén López de la Torre pese a que en pista los bases no ordenaban al equipo y faltaba físico por dentro. Con De Bisschop y Kasibabu aportando sólo cinco puntos en toda la segunda parte y sin ser capaces de cerrar un rebote que permitía al Cantabria segundas y terceras opciones de anotar.
Y todo tras una buena puesta en escena en la que amenazó el Betis con romper el choque. Primero en el primer cuarto, pero del 7-15 se pasó a un 16-15 (la única ventaja local del primer tiempo) para iniciar un intercambio de triples entre Voytso, Doménech, Bulic y Radoncic de forma consecutiva para cerrar el primer acto con 21-25 y De Bisschop ya en el banquillo con dos faltas.
El acierto exterior permitió al Cantabria (4/6) reponerse de las cuatro pérdidas en los primeros 10 minutos. El Betis se siente cómodo cuando eleva el pistón atrás y puede correr en ataque. Cvetkovic es un base distinto a Renfroe, que aporta más control, y con el serbio hay una velocidad más en la pista. La que pone en ese primer paso para generar ventajas y asistir o anotar. Exprimir a sus jugadores y rotar es la filosofía del preparador heliopolitano aprovechando el fondo de armario y de una tacada entraron tres ex ACB como Benite, Jelinek y Ález Suárez. Más madera. El problema llegó con la segunda falta de Kasibabu, lo que obligó a jugar con pívots improvisados como Álex Suárez, Doménech o Radoncic. Y Bulic lo aprovechó para agarrar al encuentro cuando el Betis amenazó con abrir brecha con el 30-41.
En ataque el cuadro hispalense se bloqueó y atrás dejó de meter manos y las ayudas no llegaban ya. Littelson puso el 32-41 y desde ahí sólo anotó Bulic hasta el 39-41 que puso desde la personal tras una técnica al banquillo bético cuando tenía la posesión. Cosas a controlar, porque llegó otra en el segundo tiempo. El interior balcánico del Cantabria anotó siete puntos seguidos sin que ningún bético sumase en ataque o defensa hasta que Benite, tirando de orgullo y galones pese a no tener su día aparecía para cortar el parcial de 9-0 con una entrada a canasta valiente para dejar el encuentro en 39-43 al descanso con la obligada llamada de atención del entrenador bético a los suyos en el vestuario.
Al final no pudo el Betis con un Cantabria más centrado en el que Rakocevic firmó su particular venganza para que su ex equipo recogiera el mensaje de que sin intensidad cualquiera te gana en esta Primera FEB. Mejor ahora que más adelante.
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