Renfroe, un superhéroe al rescate del Betis Baloncesto (94-89)

El base firmó un espectacular partido para tirar del equipo verdiblanco, forzar la prórroga y dar la puntilla a un Ourense que perdió la oportunidad de ser el primero en ganar en San Pablo

Renfroe celebra una canasta con euforia durante el partido contra el Ourense ante Brito.
Renfroe celebra una canasta con euforia durante el partido contra el Ourense ante Brito. / Betis Baloncesto

Sevilla/La edad es sólo un número en el DNI y esa afirmación puede llevarla por bandera Renfroe. Don Alex Renfroe desde ahora, camino de los 39 años en mayo, porque el base se vistió de superhéroe para darle la victoria al Betis Baloncesto por 94-89 el día en el que casi nada salió bien. El día que parecía que asaltaban la fortaleza de San Pablo de la mano de un Ourense que entendió bien cómo debía jugar el encuentro, pero que no contó con que Renfroe se pondría la capa, sin antifaz, a cara descubierta, y sacaría todo su orgullo y el de alguno de sus compañeros para marcarse un auténtico partidazo y ganar un choque clave en el que no se podía resbalar en una recta final de la fase regular que se pone ahora cuesta arriba.

Aunque el técnico bético, Gonzalo García de Vitoria, advirtió en la previa que la defensa era clave ante un equipo con muchos puntos como el Ourense, sus jugadores no se enteraron durante buena parte del choque. Poca intensidad atrás, como esperando más el fallo del rival que provocarlo. Y claro, a poco que estuviera algo acertado las complicaciones para los locales serían máximas, siempre yendo con el gancho en el marcador a golpe de triple. Y todo se resolvió en un final que tuvo de todo y siempre con Renfroe siendo protagonista con acciones decisivas.

Primero en un rebote ofensivo con el que asistió a Hughes para que empatara desde más allá de la línea de los 6,75 metros. Y después con una jugada de pillo, de alguien que pese a ser un veterano con poco que demostrar tiene la ambición y las ganas de un chaval que empieza. Perdía el Betis Baloncesto por 75-77 tras un triple de Brito y el balón le llegó a De Biscchop bajo el aro a pocos segundos del final. Gonzalo García de Vitoria tendrá que analizar por qué llega ese balón a un pívot al que le cuesta definir, pero eso es otra cuestión. Lógicamente, el Ourense le hizo falta y el interior norteamericano falló los dos tiros libres. ¿Partido perdido? Sería lo normal, pero el rebote, eso que los entrenadores dicen que es más deseo que talla, fue determinante. Lo capturó Mendicote, pero Renfroe peleó la pelota y se la llevó limpiamente para anotar y forzar la prórroga. Tuvo Brito el tiro para ganar, pero falló.

Y en el tiempo extra siguió el showtime del base bético. Diez puntos con dos triples claves para enterrar las ilusiones del Ourense, despertarlo del sueño que había construido casi durante 40 minutos de ser el primero en ganar en San Pablo gracias a un excepcional Sergio Rodríguez (23 puntos y 6/7 en triples) y el trabajo en la pintura de Ogunsipe. Pero no contaban con un superhéroe llamado Renfroe y sus 34 puntos y siete asistencias en más de 38 minutos en pista. Imposible darle descanso. Sin él, sólo con Hughes como escudero, hubiera sido imposible ganar.

Sin Cvetkovic

Y es que el intercambio de canastas, de golpes, ya no puede ser el modo de vivir del conjunto verdiblanco, mermado en la rotación todavía sin Cvetkovic y sin un juego interior determinante en el plano ofensivo y esta vez tampoco intimidando en su propio aro, donde Ogunsipe imponía sus centímetros para ganar la vital batalla por el rebote. Moncho López, sancionado, no estaba en el banquillo visitante, pero sus instrucciones estaban grabada a fuego en sus jugadores, que entendieron cómo hacer daño a un equipo veterano como el sevillano: ataques rápidos y un alto ritmo de juego.

El Betis se contagió con ataques deslavazados en los que las individualidades se imponían al juego colectivo y así sobrevivía a golpe de triple, siempre por detrás en el marcador desde el 8-6. La aparición de Sergio Rodríguez puso en jaque a los verdiblancos. Eso y un trío de colegiados con ganas de ser protagonistas. Ellos y la mesa regalaron una posesión al Ourense cuando se agotaba el tiempo y en un balón sin control y peleado por jugadores de ambos conjuntos pusieron la cuenta otra vez en 14 segundos, permitiendo que el alero canario clavara un triple. Las protestas lógicas de García de Vitoria acabaron, encima, en una técnica que ponía el 14-21, aunque entre Tunde y Renfroe arreglaron el desaguisado para cerrar el primer cuarto con 22-24.

El aviso ya estaba claro tras los primeros 10 minutos. Había que poner más energía en defensa ante un rival que si bien llegaba en una racha de malos resultados es muy peligroso. Pareció entenderlo el cuadro heliopolitano, que recuperó el mando en el luminoso de la mano de Renfroe, aunque fue efímero. Rafa Lisboa castigó al veterano base bético, incapaz de seguirlo en los cambios de ritmo y empezó de nuevo un intercambio de golpes con rápidos en ataques en los que ambos conjuntos defendían con la mirada. Ahí se sintió cómodo Radoncic para imponer su físico, pero Sergio Rodríguez y las segundas oportunidades gracias al rebote ofensivo (10 en el primer tiempo) permitieron al Ourense no perder la cara al encuentro ante un Betis que se agarraba a los triples y a los chispazos de Renfroe, Benite y Hughes para llegar al descanso a remolque (43-46) pese a encajar demasiados puntos. Segundo aviso. Y eso que Moody, máximo anotador visitante, apenas había aparecido.

Ficha técnica.
Ficha técnica.

Y llegó el tercer aviso llegó cuando el Ourense se puso +7 (54-61). Una diferencia que enjugaron entre Hughes y Tunde, pero a los 10 últimos minutos entró el Betis con 61-65 abajo. El escolta estadounidense es otro de los que no se rinde y aun fallando cuatro tiros seguidos puso por delante a su equipo desde la personal (69-68), pero Ogunsipe hacía daño por dentro y Brito puso desde el triple el 75-77, antes de que De Biscchop fallara desde la personal y pareciese Rendroe con un robo que valió un partido, Un partidazo. Y un último aviso. O se ficha antes del 30 de marzo, y se ficha lo que hace falta de verdad, o el equipo lo pasará mal camino de los play off.

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