Ya no es una decepción, el Betis Baloncesto pierde porque no es superior a nadie (86-71)
Copa España
El Monbus Obradoiro de Balvin y compañía se convierte en el primer finalista de la Copa España tras ser muy superior a los verdiblancos
Tras estar con más de veinte puntos abajo en el primer periodo, el intento de remontada se truncó en un tapón de Micovic a Cvetkovic
Las fotos del Obradoiro - Betis Baloncesto
Burgos/Hola y adiós para el Betis Baloncesto en la Copa España. El equipo de Pedro Fernández cayó por la sencilla razón de que no tiene el nivel suficiente para ser superior a ninguno de los ocho primeros de la clasificación de esta Primera FEB. Puede pelear, luchar para ganar, pero en ningún caso tiene plantilla para pasearse, como pregona con ignorancia, deportiva, su propietario. ¿Por qué? Pues muy fácil, en el baloncesto es necesario siempre un buen pívot que sea la referencia para asegurar que todo se puede decantar a tu favor y la escuadra verdiblanca carece de él.
El Monbus Obradoiro, un recién descendido que fue capaz de apostar económicamente por la contratación de Ondrej Balvin, sí dispone de ese cinco que sea capaz de desatascar a los suyos en el momento necesario. Y, además, tiene a otro pívot de 2,13 como Stephens, que aunque ha sido muy discutido en Santiago y estuvo a punto de ser cortado, pues también mejora a los interiores béticos. Y otra cuestión principalísima que no es nada nueva, es tan fácil como hacerles faltas en las penetraciones a De Bisschop, Kasibabu y compañía. Seguro que fallarán alguno de los tiros libres y eso debe estar anotado con letras mayúsculas en los scouting de todos los cuerpos técnicos de esta Primera FEB.
Dicho todo lo anterior, el Betis Baloncesto no sólo perdió esta primera semifinal de la Copa España por el escaso nivel de sus pívots, entre los que Tunde apenas tuvo participación hasta el punto de quedarse inédito en la segunda mitad. Fue un cúmulo de circunstancias que lo llevaron a ser peor desde el minuto uno al cuarenta.
La historia de Fuenlabrada
Porque se iba a repetir la historia del pasado sábado en Fuenlabrada. Todo arrancaba con un triple de Radoncic y después de Benite. 0-3 y 3-6. Fueron las dos únicas ventajas de los verdiblancos en todo el encuentro, el resto fue remar siempre contra la corriente ante un Monbus Obradoiro que no sólo respondió a esos dos lanzamientos de tres puntos con canastas fáciles, también de tres, sino que después iba a tener suficiente con fajarse en defensa para ir ensanchando las diferencias a su favor.
El cuadro entrenado por Félix Alonso se iba a poner muy pronto con un 19-8 gracias a una colección de triples que culminaba Álvaro Muñoz. Gonzalo García de Vitoria había hecho una apuesta por una mayor intensidad que en Fuenlabrada y colocaba en el quinteto inicial a Rubén de la Torre para que peleara más por dentro que Jelinek, pero el resultado al final fue el mismo.
Benite fallaba una y otra vez en sus lanzamientos, también había pérdidas casi groseras con sus correspondientes contraataques para los gallegos y el castillo de naipes se iba cayendo sin que los azules, en este caso los béticos, fueran capaces de reaccionar. 10-23, 13-27 a final del primer cuarto. La diferencia de nivel a favor del Monbus Obradoiro llegaba a ser casi desesperante para todos los que apoyan a este Betis Baloncesto.
Preguntas sin respuestas
Cabe preguntarse en esos instantes sobre qué sentido tiene la apuesta por la veteranía de Renfroe o Benite si el día decisivo no son capaces de echarse a sus hombros al equipo. También por qué esa contumacia en que Hughes se convierta en el eterno sexto hombre de la plantilla cuando su aportación ofensiva es la única que está asegurada. O la tercera pregunta, por qué una plantilla confeccionada para tener a tres bases en ella llega a una de las citas decisivas con un base y medio, ya que Cvetkovic, como se vería en los momentos decisivos, no tiene la energía suficiente tras su lesión.
La mejor prueba fue el tapón de Micovic cuando la diferencia se pudo rebajar hasta los cuatro puntos, ya que hubiera sido el 75-71. Cvetkovic se había quedado sin fuerzas en esa fase del encuentro y también sufriría un robo y otras decisiones desacertadas. Igual que un Renfroe que, lógicamente y con su edad, no puede llegar a esos minutos fresco. Con Pablo Marín en Huesca fue extraño que se prescindiera de Hansel Atencia cuando la plantilla estaba confeccionada para tres bases, pero quienes tienen decidir son quienes manejan las cuentas y ellos sabrán los porqués.
Volviendo al relato de los hechos, el segundo cuarto iba a ser aún peor que el primero y la ventaja iba a comenzar a moverse por encima de los 20 puntos para un Monbus Obradoiro que no parecía creerse que iba a ser tan fácil todo (51-27). Al intermedio se arribaba con 21 arriba para los gallegos y unas sensaciones pésimas para este Betis Baloncesto al que su dueño considera fuera de concurso por su nivel superior.
Opciones fallidas para ponerse a cuatro
En fin, es verdad que los hombres de Gonzalo García de Vitoria sí lo intentaron en el segundo periodo, que fueron capaces de colocarse a seis (75-69) en una fase de inspiración de Hughes y también de Benite, que no acertaba de dos (0/8), pero sí lo hacía en algunos triples. Pero ahí llegaron varios ataques errados, incluido el tapón de Micovic a Cvetkovic, se comenzaron a imponer los hombres altos del Monbus Obradoiro en los rebotes y la distancia volvió a estirarse.
El Betis Baloncesto no fue capaz de meterse en la final de esta Copa España y ya no es ni siquiera un aviso. Se ha visto ya varias veces que su nivel no le da para dominar la categoría, ni muchísimo menos, y a nadie le puede extrañar esta derrota frente a un Monbus Obradoiro superior. Puede competir, sí, pero barrer, en absoluto, mientras no tenga un pívot que le garantice puntos interiores y anotar un porcentaje elevado de tiros libres. Eso lo deberían saber Pedro Fernández y cualquier aficionado que acuda a San Pablo.
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